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El sueño del bebé

Un bebé duerme tantas horas porque es necesario para su desarrollo.

La hormona del crecimiento, llamada somatotropa o GH, se segrega durante la noche, en las primeras horas una vez iniciando el sueño. Si el bebé duerme poco o mal, la secreción no será la misma y esto repercutirá negativamente en su desarrollo tanto en altura como en peso. Pero una insuficiente dosis de sueño no sólo tiene repercusiones físicas. Una noche en blanco, que en un adulto anunciaría un día de cansancio y decaimiento, Provoca en el bebé una gran excitación, Será su forma de defenderse contra la somnolencia. Le notarás irritable, desobediente y se pondrá a llorar con frecuencia… lo que acabará poniéndote nerviosa a ti y, en consecuencia, más a él…

En los recién nacidos, el ritmo de las comidas y del sueño están muy ligados, puesto que los dos están controlados por las mismas células, el núcleo supraquiasmático del hipotálamo así, durante las primeras semanas dormirá durante unas 18 horas, en ritmos de 3 a 4 horas y prácticamente se despertará sólo para comer y ser aseado. En cuanto a las fases por las que atravesará su sueño, se asemejan más a las que tenía durante su vida intrauterina que a las que tendrá cuando de convierta en adulto. En un bebé el denominado “Sueño activo” (lo que en los adultos se llama REM o rapid eyes movements) ocupa el 50 por ciento del tiempo que pasa dormido. Este porcentaje se va reduciendo gradualmente hasta que, a los dos años de edad, representa un 25-30 por ciento, lo que se aproxima más al ritmo de los adultos.

Esta etapa del sueño se llama así porque en ella se desencadena una verdadera “tormenta” de acontecimientos además de los conocidos movimientos oculares rápidos, se registra todo tipo de mímica facial (el bebé hace muecas, se ríe…etc.) e incluso alguna vocalización, y, aunque está profundamente relajado, se producen pequeñas contracciones de los músculos de las extremidades llamados “mioclonías”, y se acelera el ritmo respiratorio y el cardíaco. Este sueño se alterna con el sueño tranquilo, en el que el niño está dormido pero menos profundamente, respira regularmente y no se mueve, salvo por algún sobresalto. Por otra parte, tienes que saber que, durante las 8 primeras semanas de vida, tú bebé podrá pasar directamente al sueño profundo, sin necesidad de un periodo de progresivo adormecimiento, lo que en el adulto sería impensable y hasta patológico.

¿Como podríamos preparar a nuestro bebé para dormir?

Empieza por un buen baño relajante; continúa con una sesión de suaves masajes mientras le colocas el pañal y termina con una apetecible cena en una habitación distinta de la que va a utilizar para dormir. Después, puedes jugar un ratito con él tranquilamente, evitando los movimientos agitados que le provoquen excitación. Y minutos más tarde, ¡a dormir! Además, es importante que fijes una hora para acostarle: entre las ocho y las ocho y media en invierno, y las ocho y media y las nueve, en verano, es un horario más que razonable.

¿Cuando necesita un estudio a fondo?

Llora continuamente, te reclama de forma constante y no descansa ni un minuto. Y tú ya eres incapaz de manejar la situación …Si decides acudir a la consulta de un especialista para que le hagan un examen ten en cuenta que los estudios en los laboratorios a base de electrodos y encefalogramas son económicamente muy costosos y requieren de un equipo en material y personal muy importante . Por tanto, sólo se realizan en casos muy específicos, cuando se sospecha la existencia de algún problema de tipo neurológico. En el resto de los casos, lo más común es tratar el trastorno del sueño con una terapia de conducta que reeduque malos hábitos adquiridos.

¿Cómo influye su alimento en el sueño?

En lo que se refiere al régimen de comidas, te podemos dar un consejo. Y es que no sólo bebidas como el café tienen conocidos efectos excitantes. Las proteínas (carnes) también los tienen . por el contrario, los lácteos son sedantes ( contienen una sustancia llamada triptófamo que es un precursor de un neurotransmisor cerebral que facilita el adormecimiento). Por tanto, si quieres facilitar su entrada en el mundo de los sueños, dale las proteínas por la mañana y los hidratos de carbono por la tarde.




Lo que nunca debes hacer

No hay forma de que se duerma… y, además, ahora, empieza a llorar. ¿Qué tienes que hacer? O, mejor dicho, ¿Qué no debes hacer? Supera tus primeros impulsos y recuerda que hay remedios que, si bien funcionan de inmediato, más tarde se volverán contra ti, por ejemplo, cuando el niño comienza a dormir según el ritmo circadiano, seguirá experimentando distintos despertares de carácter fisiológico y sin importancia a lo largo de toda la noche. Si los padres acuden a su cuna de forma sistemática, pueden llegar a convertirlos en despertares más prolongados, con necesidad de una atención mayor”. De ahí, que cuando se despierte a mitad de la noche o se “niegue” a dormirse, trates de evitar prácticas como: cantarle suavemente al oído una nana , mecerle en la cuna, tomarle en brazos, acariciarle, darle un biberón o amamantarle, llevártelo a tu cama o al sillón delante del televisor, pasearle en el cochecito, quedarse en su cuarto hasta que se duerma ( no te vayas inmediatamente después de acostarle ; permanece con él unos minutos pero no hasta que se haya dormido total mente)…con todas estas formulas conseguirías tu objetivo, pero cada vez que se despertara, te las volvería a “exigir”.

Para demostrarte que todo esto no es necesario, los doctores recomiendan que pongas en marcha el plan que aparece en el recuadro si le oyes llorar…, para que no se convierta en un pequeño tirano pero tampoco crea que le haz abandonado.




¿Cómo debo acostarle?

“Boca arriba o de lado, sin lugar a duda” esta es la recomendación de la asociación para la prevención de la muerte súbita del lactante .Desde ella, Palmira Villegas, aclara: “ se cree que cuando el niño está boca abajo, le cuesta más despertarse y, al circular peor el aire, pudiera inhalar su propio anhídrido carbónico . Si el bebé tiene reflujo gastoesofágico, cuando le acuestes boca arriba, tendrás que elevar la cabecera de la cuna para que este problema se atenúe”. Además, no debes olvidarte de las siguientes recomendaciones de tipo preventivo que te recuerdan desde esta asociación :
-No lo abrigues en exceso, ya que los bebés no siempre regulan bien la temperatura.
-Mantén la temperatura de la habitación sobre los 20-24 grados, con cierta humedad.
-No utilices edredones en la cuna.
-Evita la temperatura alta en la habitación.
-No le metas a dormir en tu misma cama.
-Prohibido fumar en su habitación.


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