Al contrario de otras dolencias y enfermedades, la acidez y los reflujos se pueden evitar con algún otro cambio en nuestro estilo de vida y alimentación.
A continuación, te propondremos diez consejos prácticos que te ayudarán a minimizar y evitar los síntomas de esta desagradable situación.
- Come despacio
Comer rápidamente empeora los síntomas de reflujos y el ardor. Come calmadamente para poder saborear y disfrutar cada bocado y así evitar atiborrarte de comida hasta el empacho.
Un eficaz truco para consumir lentamente es dejar el tenedor sobre la mesa después de consumir 2 o 3 bocados.
- Evita alimentos ricos en grasa
Los alimentos que tienen grandes cantidades de grasa relajan el esfínter esofágico inferior, el músculo encargado de que los alimentos que entran al estómago no regresen al esófago, y retrasan el vaciado del estómago, incrementando las probabilidades de sufrir acidez.
Consume proteínas magras, como la carne roja, la carne de pollo sin piel o el marisco, cereales integrales y alimentos ricos en fibra.
- Reduce la cantidad de tus platos y come con más frecuencia
Las comidas copiosas y abundantes llenarán tu estómago y añadirán presión al esfínter esofágico inferior, lo que favorecerá la aparición de los reflujos.
- No te recuestes justo después de comer
Cuando comes y te tumbas apenas acabas tu plato, pones la gravedad en tu contra y el ácido producido durante el proceso de digestión subirá por el esófago causando gran acidez y ardor.
Si quieres evitar esta molestia, debes esperar por lo menos 3 horas para recostarte después de una comida.
Levántate y da un paseo, te ayudará a realizar mejor la digestión ya que favorecerá el flujo de jugos gástricos.
- No tomes mucho líquido mientras comes
Tomar muchos líquidos mientras comes llenará tu estómago y provocará distensión abdominal (gases).
Cuando tu vientre se encuentre muy lleno, este presionará el esfínter esofágico inferior y habrá más riesgo de sufrir un reflujo.
Si al comer te da mucha sed, da pequeños sorbos de agua y bebe más cantidad entre comida y comida.
Debes tener en cuenta que cada persona tiene un cuerpo diferente y que algunas bebidas y alimentos favorezcan la acidez en algunas personas mientras que en otras no surja ningún efecto.
Sin embargo, no está de más limitar y vigilar el consumo de los siguientes productos, pues estos son conocidos popularmente porque contribuyen a la aparición de reflujos:
– Bebidas con cafeína: té o café.
– Alimentos ácidos: salsa de tomate, tomate, zumos cítricos, frutas y vinagre.
– Bebidas alcohólicas.
– Bebidas gaseosas.
– Condimentos y comidas con especias.
- Utiliza ropa holgada
Evita los cinturones y prendas ajustadas que aprieten tu vientre, pues solo empeorarán los síntomas que te causan dolor y malestar.
- Duerme inclinado
Dormir con la parte de tu cuerpo superior inclinada, podría mejorar de forma notable la aparición de reflujos durante el transcurso de la noche.
Coloca algunos libros o cuña bajo el colchón o coloca algunos ladrillos bajos las patas de la cabecera de la cama.
Dormir con algunas almohadas más solo elevará tu cabeza y no te ayudará a evitar los reflujos.
- Deja de fumar
Fumar es una de las causas que incrementa el riesgo de reflujos y ardores.
Fumar ralentiza la digestión, incrementa los niveles de ácidos gástricos y disminuye la producción de saliva, mecanismo de defensa natural contra el ácido gástrico.
Los cigarrillos perjudican tu sistema digestivo, debilitan el esfínter esofágico inferior y dañan tu esófago, ocasionando reflujos.
- Pierde esos kilos de más
Las personas que tienen sobrepeso tienen el doble de riesgo de sufrir acidez que aquellas personas que mantienen un peso saludable.
Los kilos extras incrementarán la presión en el estómago y favorecerán el reflujo hacia el esófago. También, la grasa corporal podrá liberar ciertos tipos de compuestos químicos que afectarán de forma negativa el proceso de digestión.
Según diversas investigaciones, una reducción pequeña del peso, podría mejorar de forma notable los síntomas de la acidez.