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Sonreír espiritualmente [03-04-2020]

 

Hoy medito sobre lo extremadamente difícil que puede ser mantener una actitud positiva cuando estamos rodeados de malas noticias y de incertidumbre. Sobre cómo nos pueden hacer sentir un sin fin de terribles datos y crónicas, día tras día, a través de los medios de comunicación. Me pregunto de qué manera, esta exposición continua, nos estará pasando factura en el modo de ver el mundo o nuestra perspectiva acerca de la vida. Me pregunto si cuando todo esto se prolongue en tiempo e intensidad, optaremos, como sociedad, por la actitud positiva y optimista o nos atenazará el temor y el desasosiego. La respuesta está probablemente en todos y cada uno de nosotros, la solución a estos dilemas está en nuestro interior. Tal vez no nos damos cuenta de que nosotros, realmente, tenemos la libertad de decidir cómo responder a todo esto. Aunque, en algún momento, pensemos que nuestros sentimientos son determinados de alguna manera por fuerzas que escapan a nuestro control, realmente no es así. Es probable que precisemos de una lucha en nuestro interior, a nuestra mente seguramente no le gustará la idea, ofrecerá algo de resistencia interna a la hora de asumir la responsabilidad de nuestros propios sentimientos, le resultará más cómodo creer que los sentimientos están fuera de su control, proporcionando energía y poder a nuestro lado negativo, al “lado oscuro” que todos tenemos.

 

Pero incluso esto no debería atemorizarnos si nos observamos como “seres completos”, como un Ying y un Yang, como seres contradictorios donde confluyen capacidades, cualidades y características que en sí mismas constituyen un todo variado, inmensamente rico y contrapuesto. De ahí que a pesar de nuestro intento de considerarnos concretos, definitorios, absolutos y guiados por la razón y su supremacía sobre la emoción, se nos olvida ver la realidad como un continuo y no como un juego de fuerzas donde una a de prevalecer sobre la otra.

 

Nuestra armonía personal parte de nuestra propia capacidad de equilibrio entre todas las fuerzas, sabiendo que para ser felices debemos saber gestionar la tristeza, que para amar plenamente a otros hay que amar también sus claroscuros, que para contribuir a nuestro desarrollo como seres humanos debemos procurar que sintonicen lo racional y lo emocional. Se trata de autoconocimiento, aceptación y expansión.

 

Es muy probable que cuando asomemos el hocico al “lado oscuro”, como individuos o como especie, no nos guste nada, puede que nos produzca un terrorífico vértigo que haga tambalear nuestra entereza, que haga aparecer nuestros fantasmas y pesadillas, pero a través de la aceptación, el reconocimiento de ese lado negativo nos ayudará a entender que lo perfecto no existe en este mundo, que es nuestro deber buscar la luz. Escuchar, entender nuestros sufrimientos internos, resolverá la mayoría de problemas que encontremos, pues aprendiendo a sufrir, sufriremos mucho menos tratando de alcanzar el equilibrio y la paz interior.

 

Si haciendo esto, si siendo pacíficos, si siendo felices conseguimos sonreír espiritualmente, si podemos transmitir serena calma, todo nuestro entorno familiar y social se beneficiará de nuestra capacidad de proporcionar paz a los demás.

 

Os quiero bandid@s!!!

«Acepta tu lado oscuro, entendiendo que te ayudará a moverte con la luz. Conocer ambos lados de nuestras almas, nos ayuda a todos a avanzar en la vida y comprender que la perfección no existe » Martin R. Lemieux

Y hablando del” lado oscuro”, os dejo el enlace de la canción del mismo título de Jarabe de Palo, que flow más rico para empezar la mañana sacudiendo unas maracas virtuales mientras danzamos, mientras salimos de ese lado con alegría….

Buen día a tod@s!!!

el-pinche-feliz

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