Menos mal que no es necesario ser un acuarista reconocido para instalar un acuario y crear un hábitat apropiado donde los peces no sólo vivan sino que se reproduzcan a placer.
Hasta un aficionado puede convertir la instalación de un acuario en una tarea fácil y placentera, cuando cuenta con una guía apropiada que lo oriente en la creación de un hogar para peces.
El acuario, por pequeño que sea, es el resultado de un equilibrio entre los elementos que lo integran y es tarea del acuarista buscar y preservar ese equilibrio.
Pero, cómo se logra el equilibrio biológico en un acuario? Cómo se sabe que se ha llegado a la meta? Cómo se conserva ese equilibrio?
Las respuestas no se hacen esperar. Así tenemos que el equilibrio se obtiene a través de una instalación racional. Se llega a la meta, cuando el agua del acuario permanece limpia y el equilibrio se conserva, controlando que ningún elemento interno o externo perturbe el intercambio que existe entre la fauna y la flora.
El acuario no debe ser visto como un recipiente de agua, peces, plantas y elementos decorativos. Los aspectos que lo integran se unen en una cadena que se inicia con la materia orgánica que se concentra a nivel del fondo y que se forma con restos de vegetales, excrementos de los peces y alimento no consumido; la flora microbiana, que habita en el suelo del acuario, transforma la materia orgánica en sales minerales y luego en abono, del que se nutren las raíces de las plantas. Finaliza con los peces que utilizan el oxígeno que producen las plantas, gracias a la luz, y éstas absorben el anhídrido carbónico procedente de la respiración de los seres vivo.
Instalación
Se inicia con la limpieza básica de la estructura, en especial en su parte interna. La pared posterior debe cubrirse, por fuera, con una hoja de papel mate, pero jamás de color verde porque no resaltarían las plantas. Luego se coloca el filtro de fondo con su base y difusores. Se inicia el proceso de decorado extendiendo una capa de arena de río o gravilla bien limpia sobre el piso y sobre ella las piedras, previamente cepilladas.
Temperatura
Puede ser de agua fría (15 grados), de agua templada (de 17 a 22 grados), apropiada para las especies tropicales, y de agua caliente o exótico ( 24 a 25 grados) para peces de bello colorido y formas raras. La temperatura del agua se controla con un termómetro especial con graduación de 10 a 40 grados que se ajusta al vidrio con una ventosa.
Filtro
Elimina las impurezas. La mayoría usan el carbón activo, la lana de vidrio y material poroso.
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