“La aurora de un adulto en el crepúsculo de un niño” F. Dolto
La raíz de la palabra adolescencia viene de adolecer (carecer o no tener suficiente). En esta etapa se adolece de experiencias, madurez y otras facultades para pensar y actuar de la manera que lo haría un adulto con experiencia.
En la adolescencia los hijos dependen menos de los padres en el aspecto socio-emocional. Es aquí donde inician su camino a la vida adulta.
Es una etapa de la vida en la que se presentan cambios rápidos en el desarrollo físico, mental y emocional, que influyen de manera importante en la relación de los adolescentes con su familia, amigos, pareja, compañeros de escuela y/ó de trabajo.
En esta etapa, los jóvenes comienzan la búsqueda que les ayudará a ser personas independientes, por ello entran en procesos de autoafirmación sumamente importantes para conseguir independizarse emocionalmente de sus padres.
En muchas ocasiones tenemos la sensación de que rechazan absolutamente todo lo que se les enseño de pequeños, esto lejos de ser algo negativo, es un paso necesario para el desarrollo emocional de los adolescentes, siempre que se le marquen unos límites, donde el respeto debe prevalecer sobre todo lo demás.
Es posible que a los adolescentes a veces les sea difícil lidiar con cierto tipo de problemas con amigos o la familia.
Sentir que sus padres no le comprenden, perder a su mejor amigo, ser molestado en la escuela, recibir presión de los amigos- todas esas cosas pueden someter a presión a los adolescentes, para los que la aceptación social, por parte de nuevos actores en su vida, es crucial para desarrollarse como seres sociales independientes a su familia.
Los cambios de este período, su anhelo, convertido a veces en verdadera obsesión, por construirse su mundo, llevan al adolescente a experimentar una fuerte inseguridad e incertidumbre ante el futuro de la que quiere salir por sí solos. Sin embargo, es cuando más afecto necesitan. Las reacciones ante los problemas pueden ser contradictorias, y en muchos casos exageradas. Aparece muy fuerte la búsqueda de afectos, de amistades íntimas y completas que compartan con ellos lo que no son capaces de decir a otros, precisamente por su inseguridad.
El adolescente de aproximadamente 11 a 13 años forma su gramática de valores en la que comienza a comprender el significado de lo que serán los grandes principios que regirán su vida. Después, en la adolescencia, fija definitivamente (salvo algún suceso grave que impacte en su vida) la jerarquía de valores, las convicciones que guiarán todo su comportamiento consciente y libre. Esto significa que estamos ante una época fundamental en la formación de la opción moral del futuro hombre o de la futura mujer.. Convertirse en un adulto significa más que crecer físicamente. También significa determinar lo que es bueno o no para nosotros.