Digna representante de un país donde el clima austero y riguroso influye directamente en la mesa, la gastronomía alemana es abundante y sustanciosa, con platos potentes y sabores fuertes y expresivos. Es decir, con carácter propio.
Al pueblo alemán le gusta comer bien, sentarse a la mesa en un húmedo y frío día invernal frente a un buen guiso de carne estofada o unas salchichas asadas a la parrilla y aderezadas con una de sus muchas salsas. Degustar una humeante sopa de patata o probar el Sauer kraut (col fermentada), conocido en otras latitudes como Chucrut. Y de postre, para acabar la comida con buen sabor de boca, un trozo de Apfelstrudel, delicioso rollo relleno de manzanas. Todo ello acompañado de una gran variedad de quesos y panes, como el brötchen o el semmeln.
La salchicha
Dicen que Alemania posee casi 1.500 tipos diferentes de salchichas. Este variadísimo número junto a la facilidad de su cocción y su económico precio, explica fácilmente que sea uno de los productos alimenticios más populares. La salchicha se compone de carne de cerdo picada, embutida en tripa delgada, que se consume fresca, cocida o frita. Se puede comer acompañada de patatas o en medio de pan.
Está presente en toda la geografía alemana de una u otra forma, con sus propias características y particularidades en cada pueblo, ciudad o región, porque en cada una de ellas tienen su forma especial y única de prepararlas, todas la regiones tienen su salchicha especial; roja o negra, poco o mucho condimentada, más pequeña o más grande, picante en mayor o menor medida.
Platos típicos
Aunque quizás el plato más conocido y representativo de la gastronomía alemana sean las salchichas, la gastronomía germana no sólo se compone de este típico producto. Platos como el Leberkäs de Baviera, el Spätzle(especie de tallarines cocinados) de Bade-Wurtembergo o el Pickert de la región de Westfalia, son especialidades que muestran la riqueza de la cocina alemana y su profunda raigambre.
Entre lo más típico destaca la salsa Wurst, muy popular, pudiéndose preparar de mil formas. Entre las variedades regionales está el Bratwurst, salsa con especias; Weisswurst, salsa de carne; y el Blutwurst. Otros platos tradicionales son el Eisbein, el Rippeenspeer, el Rotwurst, el Rostbrätl y el Schnitzel (filete de ternera poco hecho). Un postre muy popular es el Schwardzwälder Kirschtorte, un pastel elaborado a base de frutas del bosque.
La cerveza
Y si la salchicha es la reina de los comestibles, la cerveza es la de las bebidas. Para el alemán la cerveza es tan importante como sus estofados o sus dulces. Representa una parte imprescindible de su cultura gastronómica y con ella pasa lo mismo que con las salchichas, la variedad es enorme.
En tierras alemanas es posible encontrar cervezas de todo tipo, más oscuras como la Dunkel o la Altbier, más rubias como la Pilsen; con sabor intenso o suave; más dulce o amarga, etc. El país cuenta con el 40% de las fábricas de cerveza de todo el mundo y Baviera es el centro geográfico donde se aglutina el mayor número de ellas.
Otros productos
Además del cerdo, las patatas y el Chucrut, las mesas germanas son frecuentadas por los pescados ahumados, el marisco, el queso de Maguncia, la tarta de manzana y los famosos vinos del Rin.