Está comprobado que el estrés que acarrea la vida actual dificulta la concepción y puede influir negativamente en el embarazo.
Si estás decidida a tener un hijo, es conveniente descansar y dormir más horas, reducir el acelerado ritmo de vida y evitar los ejercicios que requieran mucho esfuerzo. La práctica de un ejercicio suave es aconsejable para reducir los niveles de estrés.
Vida sana y ejercicio antes de quedarte embarazada
Muchos estudios han demostrado que mantener una vida sana ayuda a la concepción. De hecho, antes de que sepas que estás embarazada, los órganos de tu hijo ya se estarán formando y, por eso, debes adoptar hábitos de vida saludables desde el momento que decidas quedarte embarazada.
No es el momento de iniciarse en la práctica de algún deporte que no hayas hecho nunca. Consulta con tu ginecólogo qué ejercicio será el más recomendable. Posiblemente te indicará alguno suave como la natación, caminar o algún tipo de gimnasia de mantenimiento. Si te quedas embarazada, no tienen por qué dejar de practicarlos a no ser que lo recomiende el médico.
El estrés durante el embarazo
Muchos autores han demostrado que el trabajo durante el embarazo, siempre que no requiera un esfuerzo excesivo, puede resultar beneficioso para la madre. Desde un punto de vista físico, te mantendrá en forma y desde un punto de vista psicológico, te ayudará a no pensar constantemente en tu estado.
No obstante, en los últimos años se está reconsiderando la posibilidad de que la mujer trabaje a un ritmo menos intenso durante estos meses. El estrés, relacionado con tantas enfermedades, parece que pudiera afectar también al embarazo.
Muchas de las amenazas de parto pre término se dan en mujeres que han mantenido un ritmo de trabajo importante durante la gestación. Por tanto, intenta descansar todo lo que puedas, aunque tu puesto de trabajo no exija demasiados esfuerzos físicos.
No debes preocuparte por trabajar con ordenadores ya que sus radiaciones no afectan ni tu salud ni la del feto, eso si cuida mucho tu postura de trabajo.
Reduce tu nivel de exigencia con respecto a las tareas de la casa, un poco de descanso, relajación o gimnasia pre parto será mejor para tu salud y la de tu bebé que tener la casa impecable.
Cómo sentarse durante el embarazo
Durante el embarazo la zona lumbar y dorsal recibe una mayor tensión de la habitual y esto muchas veces provoca dolores muy incómodos que podrían evitarse o reducirse adoptando posturas adecuadas en las actividades cotidianas.
Cuando te sientas, tus piernas dejan de soportar el peso de su cuerpo. Pero tu columna, no. Por lo tanto, el peso que podía ser molesto para tus pies y piernas cuando estás de pie puede ser más insoportable para tu columna cuando estás sentado. Al estar de pie, la carga del peso se reparte de modo bastante equilibrado por la columna.
Si al estar sentado doblas la columna, ese equilibrio puede romperse. Sentarse con la espalda no apoyada puede aumentar hasta en un 40% la carga que soporta el disco intervertebral.
La silla debe ser lo suficientemente baja como para que ambos pies se apoyen completamente en el suelo. Puedes cruzar las piernas o apoyar los pies, juntos o alternativamente, en una banqueta, de modo que las rodillas estén al mismo nivel o por encima de las caderas. Eso disminuye la presión de la zona lumbar.
Es importante sentarse lo más atrás posible en la silla, apoyando la columna firmemente contra el respaldo y evitar sentarse en el borde, dejando la espalda sin apoyo.
En caso de que estés trabajando o escribiendo
La silla debe situarse cerca del teclado o escritorio, de modo que puedas mantenerte en posición recta (caderas y rodillas en un ángulo de 90º) y evites la necesidad de inclinarse hacia delante. Es bueno que las rodillas queden al mismo nivel o por encima de las caderas, no por debajo.
La silla debe sujetar la espalda en la misma postura que la columna está al estar de pie, es decir, respetando las curvaturas normales (cifosis y lordosis). El respaldo de la silla debe sujetar, especialmente, el arco lumbar. Para ello es esencial que el respaldo sujete en el lugar en el que ese arco empieza a formarse, en la columna dorso-lumbar. Un respaldo más alto o más bajo puede causar contracturas musculares intensas si se permanece sentado suficiente tiempo. Lo ideal es un respaldo de altura variable, que se pueda ajustar al nivel que cada cual requiera.
En caso de trabajar con un ordenador, la pantalla debe estar a la altura de los ojos (no más abajo) y frente a ellos (no a la derecha ni a la izquierda).
En caso de escribir a máquina o teclear con un ordenador, se debe evitar levantar los hombros.
Debes evitar girar tus hombros manteniendo ambas caderas apoyadas en la silla. Mantente siempre de frente a lo que debas hacer y, si debes girar, hazlo con todo el cuerpo a la vez; tronco, caderas, piernas y pies juntos.
Al conducir es importante mantener una buena postura, lo que a veces puede requerir un pequeño cojín en el lugar correspondiente del respaldo de la silla. El asiento debe adelantarse lo suficiente como para alcanzar los pedales y mantenerse apoyado en el respaldo, con las rodillas y las caderas en un ángulo de 90º (punto 2 de este apartado).
En todo caso, es bueno evitar las posturas prolongadas: cuanto más se cambie de postura, mejor. Procura que la mayor parte del tiempo ambas caderas estén apoyadas, de modo que el peso se distribuya adecuada y uniformemente. Apóyate con los brazos en la mesa si debes escribir a mano o inclinarte hacia delante. Sea en una silla o al conducir , es bueno levantarse y andar cada 45 minutos aproximadamente.
Son ejemplos de cosas que hay que evitar: el sentarse al borde de la silla, alejado del puesto de trabajo de modo que deba inclinarse hacia delante y / o hacia abajo para alcanzarlo, o conducir demasiado alejado del volante.
La mejor silla es la que no le hace pensar en ella. Si la que tienes no te da problemas y no padeces molestias de espalda mientras estás sentado en ella, es probable que se ajuste aceptablemente a estas normas.