Hincho el pecho y sonrío [28-03-2020]
A veces, algún suceso, desencadena unos acontecimientos que recomponen los trozos rotos de un jarrón que, seguramente, a su vez, se rompió porque en ese momento era lo que procedía, quizá se rompió para volver a recomponerse, ligado aún con más fuerza. En los últimos meses, tal vez. lo hemos podido comprobar a nivel, personal, familiar, laboral, social…sucesos muchas veces abruptos, accidentados, han puesto, ponen y pondrán a prueba nuestras capacidades familiares, de amistad, laborales y, como no, sociales en la actualidad. Muchos eventos se han ido solucionando, tomando los derroteros que procedían, otros están en proceso, algunos acaban de suceder o asolarnos y todavía estamos mirando a ver dónde han caído los trozos del jarrón. Creo que, aunque todos seamos partícipes o actores en mayor o menor medida de ellos, muchos de los progresos producidos ya estaban ahí, latentes, sólo había que prender una chispa para que la fogata vital se reavivara.
Algo parecido a lo sucedido en estos días con las decenas de voluntarios, parados, autónomos, de diversos oficios, que con sus propias herramientas, se presentaban cada amanecer a las puertas del IFEMA, para prestar sus servicios, para ayudar “en lo que sea”, consiguiendo tender los entresijos del pabellón en tres días, adaptando a las necesidades sanitarias miles de metros de tendido eléctrico, de tuberías para oxigeno, de tubos de vacío, de registros cada cinco metros, de un montón de trabajo “oculto” bajo el suelo, pero tan necesario y esencial, todo esto, de manera altruista. Una lección del pueblo, sinceramente: ¡qué grandes soldados para tan nefastos generales!.
No obstante esto me hace reflexionar sobre el concepto de altruismo, que bella palabra, original hasta en la sonoridad de su pronunciación. El altruismo, según su definición, es hacer el bien a beneficio de los demás inclusive a costa del propio. Hincho el pecho y sonrío, aunque me entristezca, al recordar lo que conlleva. Surge en mi un buen sentimiento al nombrarla. Es la actitud opuesta al egoísmo, en la sociedad humana, tan vil y cruel muchas veces, ha sido esencial, se podría afirmar que si no hubiese altruismo, nuestra supervivencia como grupo se vería amenazada. Aunque también, reflexiono y digo, que esta sujeto, como muchos de nuestros comportamientos, al contexto social.
Si en nuestro entorno apreciamos conductas altruistas es más fácil que sumemos este valor a nuestro comportamiento. Si por el contrario en nuestro entorno opera el “sálvese quién pueda”, entonces seremos más reticentes a aplicarlo. El altruismo, es un estado bondadoso de la mente, que significa tener un genuino interés en el bienestar de los demás, con la determinación de actuar en su beneficio, con lo que cobra importancia el valorar a los otros, empatizar en el estado mental que conduce a el altruismo. En esencia comparte y se relaciona, indisolublemente, con la empatía, ponernos en el lugar de los demás; con la solidaridad, disposición a ayudar, porque hoy son ellos pero mañana podría ser uno mismo, y con la comprensión, ser capaces de ver a los otros en sus propios términos y no en los nuestros, superar cualquier diferencia religiosa, étnica, cultural o política para preservar el bienestar colectivo.
Así que, espero, fervientemente, que todas las muestras de altruismo, personal y colectivo, que estamos viviendo, que estaban ahí, pero habíamos “olvidado” devorados por el estrés y la vida acelerada, llena de preocupaciones, no se apaguen y al contrario, contribuyamos con ese combustible llamado amor a mantener encendida esa fogata vital. Aprendamos de todo ello, no olvidemos lo experimentado.
Os quiero bandid@s!!!
Vamos a dejar de hacer llorar a nuestro corazones con esta canción, “Stop crying your heart out”, de Oasis. Espero que os guste.
Buen día a tod@s!!!