La pareja: Cuando el amor falla
Muchas parejas se lamentan
de que la pasión y el amor intenso que había
entre ellos al principio se ha ido desvaneciendo hasta quedar
convertido en una sombra de lo que fue o ha degenerado hasta
transformarse en un continuo enfrentamiento plagado de rencores,
distanciamiento y luchas de poder. Sin embargo, aún
pueden quedar rescoldos de lo que fue y en muchos casos el
amor sigue todavía vivo y deseando poder expresarse
plenamente de nuevo. En estos casos hay cosas que puedes hacer
para mejorar tu relación, como las que exponemos a
continuación.
– Acepta a tu pareja tal y como es,
con sus defectos y virtudes. Es posible que tu pareja
tenga costumbres o comportamientos que no te gustan y tienes
todo el derecho a pedirle que cambie, pero si te empeñas
en que debe cambiar a toda costa, en que es inadmisible
ese comportamiento, lo más probable es que sólo
consigas enfadarte. Muy pocas personas van a cambiar si
alguien les exige que debe hacerlo, les reprocha, les regaña,
les insulta, etc. Lo más probable es que en vez de
cambiar se enfaden y sigan en sus trece. Tendrás
más probabilidades de éxito si primero aceptas
que tu pareja es como es y estableces una diferencia entre
sus comportamientos y la persona. Es decir, puedes aceptar
a tu pareja aunque no aceptes algunos de sus comportamientos.
Después tendrás más éxito en
el siguiente punto: la influencia.
– Deja que tu pareja ejerza una influencia
sobre ti, al igual que tú deseas influir en tu pareja. Ten en cuenta que influencia no es lo mismo que control
o dominancia. La influencia es algo que eliges voluntariamente
cuando aceptas una sugerencia de otra persona o cuando haces
un cambio en tu comportamiento tras una petición.
Por ejemplo, si alguien te pide un favor y se lo concedes,
has dejado que esa persona ejerza una influencia sobre ti
porque así lo has querido. Si confundes esto con
la dominación o el control vas a tener problemas
en tus relaciones, pues puedes acabar llevando la contraria
a tu pareja en todo momento o veros envueltos en luchas
de poder para ver quién domina a quien. Por supuesto,
cuando tu pareja te pida que hagas (o cambies) algo, tienes
derecho a negarte si consideras que es una petición
poco razonable o atenta contra tu integridad o libertad
personal, pero si no es así y si entiendes que su
postura es lógica y razonable pero te estás
negando por principio o por egoísmo, estarás
poniendo en peligro tu relación.
– Autonomía. No establezcas
relaciones de dependencia de tu pareja hacia ti. Pregunta
a tu pareja cuáles son sus metas y sus deseos, las
cosas que son importantes para ella o él, tanto en
vuestra relación como en la vida en general y dale
tu apoyo y tus ánimos en su intento de lograrlo.
Reconoce que tiene su propia vida, y sus propios sueños,
aparte de los sueños que ambos compartáis.
No establezcas relaciones basadas en el egoísmo.
– No establezcas relaciones basadas
en el miedo al abandono. Si piensas que amas tanto
a tu pareja que te morirías si te dejase y sientes
celos a menudo o ansiedad ante la posibilidad de un abandono,
recuerda que eso no es amor, sino dependencia. Empieza a
pensar que sí podrías soportar un abandono,
que puedes vivir sin esa persona y sin pareja, como hace
tanta gente tras las rupturas, y que podrías encontrar
a alguien de quien volver a enamorarte. Si pierdes ese miedo
tendrás más posibilidades de que vuestra relación
funcione y serás más feliz, mientras que si
vives la relación con ansiedad, celos y posesividad,
estarás comprando todas las papeletas para que eso
que más temes ocurra de verdad. Deja libre a tu pareja.
– Expresa aprecio y cariño. Hazle cumplidos, dile lo que te gusta de él o ella,
dile que te ha parecido interesante algo que ha dicho, sé
detallista, etc. Incluso si hace algo que te desagrada,
trata de buscar un aspecto de esa conducta que sí
te gusta. Por ejemplo, si grita demasiado a tus hijos, puedes
decirle que aprecias su interés y su esfuerzo por
educar a los niños, y luego dile lo que te molesta
de esa conducta y sugiérele otras alternativas.
– Aceptar las críticas. Cuando tu pareja te critica, considéralo como una
crítica constructiva. Ten en cuenta, que las críticas
suelen darse cuando estás haciendo algo que molesta
a otra persona y su crítica es una petición
de cambio, no necesariamente un intento de herirte. A veces,
tu pareja puede usar un tono que no te gusta para hacer
dicha crítica (sobre todo si está enfadao/a).
Trata de separar esos dos aspectos:
1) lo que está diciendo.
2) el tono que utiliza.
De este modo podrás decirle algo como: “Me parece
razonable lo que estás diciendo, pero me ha molestado
(o dolido) el tono con que lo has dicho”. Si te fijas
sólo en el aspecto negativo, vas a rechazar una sugerencia
que, de otro modo, podría resultarte lógica
o constructiva. Por otro lado, no veas las críticas
como un deseo de control, sino como una propuesta que puedes
aceptar o rechazar sin necesidad de sentirte ofendido por
ello.
– Concede a tu pareja el derecho
a equivocarse. Esto significa que le concedes el
derecho a criticarte sin fundamento, a hacerte una petición
injusta o a no comprenderte de vez en cuando, del mismo
modo que tú también cometerás esos
errores alguna vez. De este modo tendrás más
probabilidades de arreglar los conflictos de manera constructiva.
En vez de enfurecerte y atacar a tu pareja por haberse portado
injustamente contigo, reconoce que nadie es perfecto y explícale
lo que te ha molestado, dile cómo te has sentido
y pídele que trate de no volver a hacerlo.