Tanto el número de tomas que el niño realiza al
día, como el tiempo que invierte en cada una, es muy variable
por tanto y no hay que establecer reglas fijas. Es mejor ofrecer el
pecho a demanda. Un niño puede desear mamar a los 15 minutos de
haber realizado una toma o por el contrario tardar más de 4 horas en
pedir la siguiente, aunque al principio, durante los primeros 15 ó 20
días de vida, es conveniente intentar que el niño haga al menos unas 8
tomas en 24 horas.