Una
vez que el bebé está bien colocado, la madre puede estimular al bebé
para que abra la boca rozando sus labios con el pezón y a
continuación, desplazar al bebé suavemente hacia el pecho. El
niño se prenderá más fácilmente si se le acerca desde abajo, dirigiendo
el pezón hacia el tercio superior de su boca, de manera que pueda
alcanzar el pecho inclinando la cabeza ligeramente hacia atrás. Con esta
maniobra, la barbilla y el labio inferior tocarán primero el pecho,
mientras el bebé tiene la boca bien abierta. La intención es que el
niño se introduzca en su boca tanto pecho como sea posible y coloque
su labio inferior alejado de la base del pezón. En caso de pechos
grandes puede ser útil sujetarse el pecho por debajo, teniendo la
precaución de hacerlo desde su base, junto al tórax, para que los dedos
de la madre no dificulten el agarre del niño al pecho. De la misma
forma, hay que tener la precaución de evitar que el brazo del niño se
interponga entre éste y la madre.