Cuando una parturienta llega al hospital en el periodo de dilatación, lo primero que hace es meterse en la cama. Después de lavarle la bulba con un desinfectante le hacen un “tacto vaginal” y le rompen la bolsa de las aguas con una especie de aguja de punto.
A continuación le ponen el monitor introduciendo dos cables por su vagina, uno irá a la cabeza del bebé por medio de una aguja y otro a la matriz.. Por último le ponen una aguja en la vena para el goteo. Si aún no había sentido dolor, a partir de este momento los dolores suelen hacerse insoportables. Quizás entonces le pongan la epidural. Si todo sale bien, lo único que queda es la episiotomia.
¿Para que sirven y que efectos tienen estas maniobras?
Meterse en la cama facilita el acceso de los profesionales a la vagina pero impide que el efecto de la gravedad colabore en la salida del bebé.
El romper la bolsa produce una dilatación más rápida, pero más agresiva, por ser la cabeza del niño, en lugar de la bolsa de aguas, la que presiona sobre el cuello de la matriz.
El tacto vaginal sirve para saber los centímetros aproximados de dilatación y la posición del bebe. A veces se intenta acelerar la dilatación manualmente, haciendo círculos con el dedo. Es muy doloroso. A través del monitor se observan el número y la intensidad de las contracciones maternas, y el número de latidos fetales. Esto indica el umbral de dolor y estado fisiológico de la madre y del bebe. Pero no explica porque sufren.
El gotero, además de suero glucosado, suele contener una hormona sintética que imita el funcionamiento de la Oxitocina que se encarga de provocar las contracciones musculares de la matriz. Lo que se intenta es conseguir una contracción cada dos minutos sin pausas. Supuestamente cada contracción (artificialmente creada) debe producir la dilatación del cuello uterino, pero a veces, por ser la hormona sintética, las contracciones son ineficaces. Según los datos del monitor se puede aumentar o disminuir la dosis de Oxitocina. Se trata de conseguir una dilatación rápida y eficaz.
La razón del dolor es para casi todos los profesionales desconocida. Hace mucho que duele quizás desde antes de la Biblia. A pesar de esto muchas comadronas aseguran que al hacer trabajar a la matriz tan deprisa duele más que nunca. De todas formas, que más da, se ha inventado la epidural.
La epidural evita el dolor físico de la madre produciendo una desconexión entre su cerebro y “de cintura para abajo”, además hace más cómodo al profesional su trabajo, ya que la mujer ya no se queja. Él bebe (que no es anestesiado y no puede gritar hasta que sale) sufre al no contar con la ayuda muscular de su madre.
Si las reacciones del bebé y la madre ante estas intervenciones son las esperadas, lo único que falta es la episiotomia, que es un corte vaginal que se hace por sistema en España y que podríamos comparar con la ablación en Africa. Sirve para que el bebé tarde unos 20 minutos menos en salir y tiene efectos secundarios muy desagradables para la madre debido a la cantidad de músculos residentes en esa parte.
Cuanta menos información tenemos, más indefensas e inseguras nos sentimos en un proceso en principio tan natural y bien programado como la defecación o la circulación de la sangre. No nos dejemos engañar, parir es un privilegio. Necesitamos saber lo que nos está pasando y porque, para tener un parto agradable y dar una buena bienvenida a nuestro bebé, libres de miedos, de prisas y de dolores innecesarios. Si quieres saber como funciona tu matriz y colaborar en el nacimiento de tu bebé te recomiendo que leas y te informes y que digas ¡no! en el hospital a cualquier cosa que quieran hacerte que no te parezca conveniente.
Natalène Suanzes Leenhardt