La forma más fácil de almacenar la leche extraída puede ser usar
pequeñas (4 oz) bolsas biberón desechables o biberones de plástico o
vidrio. Para prevenir roturas, asegúrese de no llenar por completo la
bolsa o el biberón. Busque bolsas fabricadas especialmente para
almacenar leche materna.
- La leche materna se expande al congelarse. Llene el biberón o
la bolsa dejando una pulgada libre para permitir esta expansión. Si usa
una bolsa, doble la parte superior de la bolsa desechable y ajuste con
un precinto flexible o banda elástica. - Llene el recipiente con
2 a 4 onzas, para que se descongele más rápidamente y sea
aproximadamente la misma cantidad que comerá su bebé. - Rotule el recipiente de leche con la fecha y hora de la extracción.
- Use primero la leche más antigua.
- Cuando
transporte la leche materna para usarla fuera de su hogar, manténgala
fría hasta el momento inmediato antes de usarla. Puede usarse una
nevera pequeña con hielo o bolsas congeladas para mantener la leche
fría durante el transporte.
Descongelamiento:
1.
Descongele la leche materna a temperatura ambiente o en un bol de agua
corriente caliente. Descongele usando la menor cantidad posible de
calor. NUNCA CALIENTE LA LECHE MATERNA EN EL MICROONDAS, dado que pueden generar áreas calientes y destruir algunas vitaminas y enzimas beneficiosas.
2.
Con frecuencia, la leche materna se separará al enfriarse, dado que la
crema sube a la parte superior. Mezcle la leche agitando suavemente.
3. No le dé la leche descongelada a su bebé hasta que se haya descongelado por completo.
4.
Algunas madres informan que su leche tiene un olor ligeramente similar
al jabón después de descongelarla, que se debe a los cambios en las
grasas de la leche. Esto no es perjudicial y puede administrarse a su
bebé.
5. Si su leche tiene un olor o sabor agrio, comuníquese con su consultor de lactancia local para obtener más información.