UA

Fue descubierto por Courtois en 1811 en un alga marina utilizada
como fuente de nitro para fabricar pólvora en el ejército
de Napoleón. Sin embargo, el YODO
era usado en terapéutica desde el siglo XIII por Basile
Valentin, basándose en los trabajos de Arnauld de Villeneuve.
Se utilizaban unas esponjas calentadas para tratar el bocio.
Es probablemente la primera utilización de un oligoemento
en terapéutica, aunque faltasen seis siglos para su
descubrimiento.

El yodo total en el cuerpo humano es de unos 20-50 mg.
El 20% está en el tiroides, alrededor de 8 mg. Se encuentra
en forma de yodo inorgánico y formando parte de la
tirosina y de la diyodotirosina como yodo orgánico.

El yodo también se encuentra en la suprarrenal, en
los músculos (50%), la piel (1%), el esqueleto (6%),
el sistema nervioso central, las gónadas y el plasma
(3'5 microgramos).
El tiroides es el órgano con mayor concentración
de yodo.

FISIOLOGÍA

  • Se absorbe
    en forma de yoduro y es transportado al tiroides que absorbe
    1/3. El resto, tras dos o tres días, es excretado en
    la orina.
  • La captación
    de yodo por el tiroides está controlada por la TSH
    hipofisaria (hormona tirotrópica). Esta hormona se
    libera en función del contenido de yodo en la sangre.
  • El yodo,
    junto al amionoácido tirosina, interviene en la formación
    de la hormona tiroidea tiroxina, una hormona de función
    catabólica sobre las enzimas que controlan la actividad
    de los sistemas de oxidorreducción. Estimula la oxidación
    celular, incrementando la toma de oxígeno y la velocidad
    de reacción del sistema enzimático que maneja
    la glucosa. El yodo ejerce una gran influencia sobre el metabolismo
    orgánico total.
  • El yodo
    se encuentra también en otras secreciones de la glándula
    tiroides.

    NECESIDADES
    Las necesidades diarias del adulto varían entre 100
    y
    150 microgramos. Las necesidades disminuyen con la e dad y
    aumentan en el crecimiento y en el embarazo.

    DÓNDE SE ENCUENTRA

  • Pescados,
  • leche,
  • algas,
  • ajos,
  • cebolla,
  • berro,
  • espinaca,
  • col,
  • zanahoria,
  • puerro,
  • nabo,
  • tomate,
  • pera,
  • uva,
  • judía
    verde,
  • espárrago,
  • setas,
  • fresas,
  • arroz,
  • acedera,
  • guisante
    fresco,
  • alcachofa,
  • lechuga,
  • patata,
  • trigo,
  • rábano,
  • mariscos,
  • sal
    yodada.
  • En el
    agua potable en pequeña cantidad (1-1'50 microgramos/litro),
    variable según las regiones.
    De todos modos la cantidad de yodo en alimentos es muy variable
    y está relacionada con la cantidad de yodo en la tierra
    de cultivo.

    CARENCIA
    El hipotiroidismo es consecuencia de un déficit de
    hormona tiroidea que, a su vez, puede ser consecuencia de
    un déficit de yodo.
    Esto se da en lugares donde la tierra y los alimentos son
    pobres en yodo (bocio endémico). Si esta situación
    se mantiene durante generaciones aparece el cretinismo endémico.
    Esta situación es más frecuente en regiones
    montañosas aisladas y alejadas del mar.
    La carencia puede estar ligada a la presencia de sustancias
    antitiroideas en la dieta:
    tiocianatos de la col, soja
    y judías,
    polifenoles,
    goitrina,
    hemaglutininas,
    queirolina.
    Por lo tanto, hay que compensar esta ingesta con un aporte
    suplementario de yodo.

    EXCESO
    + El exceso de yodo y tiroxina puede dar hipertiroidismo y
    aumento del metabolismo.
    + El yodo puede ser mal tolerado, dando manifestaciones de
    yodismo que se caracterizan por: coriza, vértigos,
    dolores de cabeza, inflamación de la glándulas
    submaxilares. Esto se refiere al yodo a dosis ponderal.

    OBSERVACIONES
    A dosis catalíticas no suele dar reacciones de intolerancia,
    ni siquiera en personas alérgicas al yodo.

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