Las combinaciones incorrectas de alimentos
pueden ser la causa de numerosos trastornos digestivos. Como explica el
doctor Norman de la Policlínica de Nueva York, “cada clase de alimento
provoca una secreción gástrica e intestinal específica”. Cuando varias
de estas secreciones se producen a la vez, tienen lugar procesos
químicos antagónicos que hacen “del todo imposible que las glándulas
digestivas funcionen como debieran”.
La mala combinación de los alimentos impide su correcta conversión en
nutrientes vitales y la aparición de toxinas que, a corto plazo, pueden
causar dolores de cabeza, gases o acidez estomacal y, a la larga,
enfermedades más serias.