Las aguas ferruginosas, son las que contienen suficiente cantidad de hierro, para que este metal se pueda percibir al gusto y descubrir por el análisis. Al salir de la fuente, la mayor parte de estas aguas son claras y transparentes, inodoras, de sabor estíptico o parecido al de la tinta de escribir. Expuestas al contacto del aire, presentan en la superficie una película ferrugínea rojiza, ó irisada, y depositan, bajo la forma de copos amarillentos, cierta cantidad de protóxido de hierro.
El componente esencial es el hierro (Fe).
El aporte de hierro se hace a traves de la absorción que se realiza, a través de la ingesta directa, en el intestino delgado.
Un poco contenido de hierro logra grandes efectos.
El hierro está en estado ferroso, (nuestro organismo se ahorra transformarlo).
El vehículo de transporte es la transferina.
Las pérdidas se efectúan a través de intestino, bilis, sudor y riñones.
Administración
Uno o dos litros al día con el estómago vacío
Varias tomas al día, 1/2 hora antes de desayuno, comida y cena.
Cada toma de 250 ml repartido en tres tomas 80-100 ml con intervalos de 10-15 minutos.
A veces se da con un zumo rico en vitamina C para quitar mal sabor del agua y además para favorecer la absorción.
Indicaciones
Anemias ferrogénicas.
Cuadros de glositis (inflamación de la lengua).
Heridas en comisura de boca.
Fragilización en faneras (uñas y pelo).
Cuadros generales de astemia.
Alteración de tiroides.
Contraindicaciones y efectos secundarios
Contraindicaciones
Alteraciones gastrointestinales.
Gastritis.
Úlceras duodenales.
Insuficiencia cardiaca grave.
Caquexia.
Estadios terminales.
Efectos secundarios
Digestiones lentas y pesadas.
Acción astringente, mucosa más seca.
Estreñimiento.
Heces oscuras (descargamiento de celulas de la mucosa gástrica).
Cefaléas.
Somnolencia.
Cuadros encefalíticos.