La arveja, también llamada guisante o chícharo es la pequeña semilla comestible de la planta que se cultiva para su producción. Las arvejas proceden de la familia de las leguminosas y crecen escondidos en vainas que pueden alcanzar hasta los 10 cm. Son especies muy fuertes, capaces de soportar inviernos muy crudos e incluso heladas, de ahí que sean tan recurrentes en las plantaciones. Recibe distintos nombres, según la zona; entre otros muchos, guisante, chícharo, arveja o arbeyu y las tiernas vainas que los envuelven, muy apreciados para el consumo humano.
El guisante se cultiva en el mundo entero, siendo los países más productores la India, China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Hungría, Egipto,…
El guisante fresco es fuente de minerales como el Fósforo, el Hierro, el Potasio (316 mg./100 g.) y de fibra, así como de azúcares naturales, hidratos de carbono, aporta vitaminas especialmente B1, también B2, B6, C, K, y ácido ascórbico. Da entre 80 y 300 calorías por 100 g. de consumo.
Para cocinarlos son un tesoro que hay que tratar como tal, un ingrediente de los más utilizados por los cocineros, tanto en sí mismos, como con arroz, pastas, patatas, carnes, pescados y guisos, las salsas, la verde, los estofados y las ensaladas.
Lo ideal es consumirlo tierno y ligeramente hervido para que no pierda sus propiedades nutritivas. El vapor es quizá una de las mejores formas de cocinarlo.
Cómo se conserva.
El guisante seco dura mucho tiempo y debe guardarse en un lugar sin humedad, fresco y oscuro. Es necesario remojarlo antes de su uso.
Si es fresco, debemos conservarlo en la parte menos fría de la nevera. Una vez que las vainas han sido cortadas de la planta, los guisantes deben consumirse pronto si queremos disfrutar de todo su sabor y textura.
Para que mantengan toda su textura, se recomienda incorporar los guisantes durante el último hervor del guiso. En general, el tiempo de cocción de esta leguminosa oscila entre los 2 y los 5 minutos, como máximo.