Cada persona debe
ser genuina y auténtica en los lugares donde
se desenvuelve, que no debe de estar “actuando” de manera
diferente en cada lugar.
Si la gente te acepta,
que te acepte tal como eres.
Por supuesto que esta genuinidad y autenticidad
implican respeto, comprensión, sinceridad, prudencia, lealtad
y amistad hacia los demás.
El ser humano es un ser perfectible
(no perfecto), es decir, que día a día puede ser mejor
persona, que puede limar esos pequeños defectos que te alejan
de los demás.
Reflexiona y habla con alguien de tu confianza
para que identifiques si existe “algo” en el tipo de relaciones
que estableces que pudiera estar alejando a la gente de tí.
Pero
no te obsesiones en querer ser como no eres, sólo para que te
acepten.