Todo tipo de ansiedad es una reacción ante la anticipación de algo
estresante. Al igual que cualquier otra reacción de ansiedad, la
ansiedad ante los exámenes afecta tanto al cuerpo como a la mente.
Cuando una persona está bajo estrés, su cuerpo libera una hormona
denominada adrenalina, que la prepara para reaccionar
ante el peligro (lo que a veces se denomina reacción de “lucha o huída
“). Esto es lo que provoca los síntomas corporales, como el sudor y la
aceleración del ritmo cardíaco y de la respiración. Estas sensaciones
pueden ser leves o intensas.
Centrarse en lo malo que podría ocurrir también alimenta la ansiedad
de ejecución. Por ejemplo, una persona a quien le preocupa hacer mal un
examen puede tener pensamientos como: “¿Y si me quedo en blanco?” o “¿Y
si el examen es demasiado difícil?”. Si tenemos demasiados pensamientos
como éstos, no nos quedará espacio en la mente para concentrarnos en
las preguntas del examen. Las personas con ansiedad ante los exámenes
también se pueden sentir estresadas por sus reacciones corporales y
pensar cosas como “¿Y si vomito?” o bien “¡Oh no, me están temblando
las manos!”
Como cualquier otro tipo de ansiedad, la ansiedad ante los exámenes
puede crear un círculo vicioso: cuanto más se centra una persona en las
cosas malas que le pueden ocurrir, más se intensifica la ansiedad. Esto
hace que la persona se encuentre peor y, al estar su mente llena de
pensamientos y miedos estresantes, más aumentan las probabilidades de
que le salga mal el examen.