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Se educan en casas separadas, pero si los papás se entienden no hay complicaciones.

Cuando mamá y papá no viven juntos, los límites y las normas de la casa cambian indefectiblemente. Para que esta nueva situación sea lo más clara posible es mejor actuar con la cabeza fría y los pies sobre la tierra.

La convivencia entre dos adultos puede resultar muy difícil y a veces no hay más remedio que separarse. Sin embargo, hay algo de lo que los adultos no pueden desentenderse: los hijos y su educación.

Establecer límites, rutinas y estilos de vida saludables para los chicos ya no es un trabajo en conjunto, sino de cada uno por su cuenta.

Los hijos del divorcio Si bien hoy es más común que los chicos se queden a vivir con el papá y que la mamá se ocupe del sustento, el rol tradicional de la mujer sigue muy vigente. Las ideas que le damos tienen el mismo valor para ambos casos.

Cada chico necesita atenciones diferentes, de acuerdo con su historia y sus vivencias. Por eso, lo más importante es captar las dificultades que ellos puedan presentar. En la nueva organización familiar es fundamental buscar la armonía y confiar en el otro.

Estilos de vida

Los conflictos en cuanto a la crianza de los chicos suelen surgir cuando viven un poco en cada casa, con dormitorio y una rutina en cada una.

Cuando sólo viven con la mamá y visitan al papá de vez en cuando, los deslices que suelen ocurrir en la dieta, las restricciones y los permisos no alteran su percepción de lo que es correcto y lo que es incorrecto. Sin embargo, debe tenerse la precaución de no exponer a los chicos a situaciones de riesgo.

Divorcio de los padres Si los estilos de vida de ambos padres eran similares, pero surgieron problemas imposibles de solucionar que llevaron a la separación, la crianza de los chicos tenderá a continuar sin choques, siempre y cuando no se actúe con resentimiento.

En cambio, cuando durante toda la convivencia ya se notaban diferencias importantes, la distancia es una buena forma de poner en blanco una situación de conflicto que ya existía. Esto alivia la tensión de los chicos, que sólo deberán separar en la realidad lo que ya estaba separado en sus mentes.

Un mundo de fantasías

El hecho de haber fallado como pareja muchas veces provoca cierto sentimiento de culpa en los padres y las madres. Esta sensación de haber arruinado la vida de los hijos suele trasladarse a la forma de establecer límites y castigos.

Por un lado, los papás se sienten en falta por estar menos tiempo con los chicos y tratan de aplacar esta sensación permitiéndoles más cosas que si vivieran con ellos; les hacen regalos y los habitúen a vivir en un mundo de fantasías como para no “arruinar el momento” con retos y límites.

Cuando los padres de divorcian Asimismo, las mujeres también suelen sentir que cometieron un error y permiten que sus hijos actúen con menos restricciones que si no estuvieran separadas para “no cargarlos con más problemas”.

Por eso, cuando tenga que establecer las normas en su casa, piense que si se separó de su ex marido fue porque suponían que eso era lo mejor para todos, en especial los chicos.

Seguramente, esto habrá traído grandes modificaciones en casi todo. Los chicos tuvieron que adaptarse a esto de tener dos casas paralelas o dos vidas separadas. De acuerdo a cómo se estructure la separación, pueden sentirse tironeados entre los dos padres o enriquecerse con las nuevas posibilidades.

Botines de guerra

Los chicos sufren mucho porque escuchan agresiones de los dos lados y, en realidad, ellos aman a los dos padres con la misma intensidad. Por eso, para evitar este dolor, tenga en cuenta que:

Cuando están al cuidado del papá es él quien pone las reglas y seguramente procura lo mejor para los chicos.

Divorcio de los padres no critiques a ninguno Nunca lo desautorice delante de sus hijos.

Los chicos sufren cuando escuchan a sus padres hablar mal uno del otro.

Las recriminaciones no deben caer sobre los hijos.

Es peor la pelea entre los padres que las incoherencias en la educación.

Los chicos son muy adaptables. Piense que de todos modos cuando están en la escuela, en la casa de los abuelos, etcétera conviven con distintos límites.

Hasta los dos años de vida están construyendo sus rutinas alimentarias, de sueño, de juego, etcétera y necesitan más orden. Sin embargo, siempre es preferible que vean al padre y convivan con distintas reglas a que no lo vean nunca.

A pesar de la bronca que sienta hacia su pareja, su hijo no merece escuchar ciertas cosas.

Aprendiz de papá a tiempo completo Aprendiz de papá tiempo completo

Por lo general, los padres no están acostumbrados a ocuparse de los chicos todo el día y, con esta nueva situación, de pronto se encuentran con que deben armar el cuarto, organizar la rutina del día y entretenerlos. Es algo que puede aprender muy fácilmente con la práctica si la mamá le da la posibilidad y el espacio.

Piense que si se casó con ese hombre y lo eligió como padre para su hijo ahora sigue siendo la misma persona. Lo que se rompió es la pareja, no la paternidad.

“Tú eres mala, me voy con papá”

Como primera medida, no se asuste ante este tipo de amenazas. Se trata sólo de un manejo de los chicos para conseguir algo que desean. Entonces, aclare que la que organiza en su casa es usted. Nunca ponga al chico en situación de decidir entre uno y otro, ni le diga “bueno, andate con papá”, porque se sentirá abandonado. No se olvide que usted es una persona adulta y no se enganche con la discusión o las provocaciones de sus hijos.

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