En la transición hacia la vida adulta se pasa del <> al <<¿quién soy yo?>>. A esto se le denomina búsqueda de identidad.
La identidad es la definición que uno tiene de sí mismo respecto a otras personas, a la realidad y a los valores. Se buscan las diferencias con los demás y lo auténtico que hay dentro de nosotros y que queremos que permanezca. También elegimos un modo de vida determinado, definirnos socialmente.
Buscamos esta identidad porque la que teníamos en la infancia ya no nos es suficiente. Se han producido demasiados cambios, tanto a nivel mental como corporal, que piden una nueva definición de nosotros mismos.
Es entonces cuando empezamos a plantearnos un sistema de valores a adoptar, la emancipación de la tutela familiar (aunque sea a nivel emocional), qué tipo de conducta sexual seguiremos y qué ocupación queremos desarrollar en un futuro.
El resultado a estas respuestas se obtiene en base a lo que uno ha sido y ha hecho y lo que uno quiere y proyecta ser.