El diagnóstico de la bulimia resulta complicado ya que los episodios de
voracidad y vómitos se ocultan con facilidad. Además, algunos síntomas
pueden ser confundidos con los de otras patologías. Para un diagnóstico
adecuado es necesaria una entrevista psiquiátrica que desvele la
percepción que el enfermo tiene del propio cuerpo y la relación que
mantiene con la comida. Asimismo, es necesaria una exploración física
completa para detectar los trastornos fruto de su comportamiento
alimenticio. Los objetivos del tratamiento son corregir los trastornos
alimenticios y psicológicos de la enfermedad.