¿Empezaste
una y mil veces la dieta para terminar dejándola a los pocos días sin haber adelgazado
un gramo? ¡A todas alguna vez nos ha ocurrido lo mismo! Sin embargo, siguiendo nuestros
consejos lograrás sacarte definitivamente de encima esos kilos de más que te acompañan
desde hace tiempo.
Los consejos de oro de una dieta:
Cuando sientas la necesidad de comer
algo, espera antes de producir la ingesta. Piensa si realmente comes por hambre o
simplemente es una cuestión psicológica de ansiedad o aburrimiento.
Reparte los alimentos en pequeñas
raciones y realiza varias comidas por día. De esta manera tu cerebro recibirá la señal
de haber recibido nutrientes y te librará de la sensación constante de apetito.
Contrariamente a lo que afirman las
creencias populares, encontrarás grandes aliados en las pastas, las bananas y el arroz .
Sí, porque al pertenecer al grupo de los hidratos de carbono complejos se digieren con
mayor lentitud y te hacen sentir satisfecha por más tiempo.
Mastica y come lentamente. De lo
contrario no le darás al cerebro el tiempo necesario para recibir la información de que
has comido.
Si miras la televisión o charlas
con alguna amiga, hazlo fuera de la cocina. Las mujeres solemos tomarla como “sala de
estar” y nos olvidamos de las tentaciones que nos ofrece (el contenido de la nevera
es una de ellas).
Durante tu día libre, evita visitar
el supermercado sin una lista. No sabes lo peligroso que resulta improvisar en materia de
compra de comestibles (la mano siempre se inclina hacia el postre y nunca hacia el
yoghurt).
Verifica que la cocción de los
alimentos sea la adecuada para conservar sus vitaminas y minerales. Deja las frituras para
ocasiones especiales y elege la cocina al vapor, al horno o cruda.
Aunque sólo puedas dedicarle 10
minutos por día a la actividad física, es bueno que alternes el régimen con una
pequeña pero constante rutina de ejercicios.
Nunca lleves la fuente repleta de
comida a la mesa. Lleva los platos servidos desde la cocina y si no puedes evitar
llenarlos a tope, utiliza vajilla para postre.
El pan y la manteca conspiran contra
tu figura. Elige tostadas o un trozo de queso magro mientras aguardas la hora del almuerzo
o la cena.