Ten siempre a mano, algunos de los alimentos permitidos en tu dieta. Ante los ataques de ansiedad, sería de gran utilidad, por ejemplo, tomar una infusión bien caliente (café, té, sopa), una gaseosa baja en calorías, frutas, zanahoria, apio. Te hará sentir saciada por un rato.
2-Ingiere la mayor cantidad de líquido por día que puedas (no menos de 2 litros): incorporar líquidos es una excelente forma de engañar al estómago, eliminar toxinas y purificar el organismo.
3-Busca caminos alternativos para calmar la ansiedad. Haz cosas que te den placer y entretengan. Cocina, salí de compras, lee, camina. Desvia tu atención de la comida.
4-No te la pases contándole a todo el mundo que estás a dieta. Cada vez que te tomes una pequeña licencia, tendrás cientos de dedos acusadores diciéndote ¿no era que estabas a dieta…?. Nada peor.
5- Trata de tener siempre a mano una libreta para anotar qué, cuánto, cuándo y por qué estás comiendo. Esto te enfrentará a tus hábitos alimentarios y te permitirá reprogramarlos.
6- Si te gustan las infusiones, tenlas siempre a mano. Puedes probar la yerbas saborizadas (miel, naranja, cafe). Te aseguro que mantiene el estomago lleno.