A menudo vienen a consulta personas que no saben como abordar el tema con sus padres. “Salir del armario” todavía en la actualidad no siempre es un proceso fácil, y uno de los dilemas que suelen aparecer es ¿Cómo se lo digo a mis padres?
Alrededor de esta pregunta veo casos con angustia, ansiedad, miedos….
Lo primero que quiero decirte es QUE ES POSIBLE. Y en un porcentaje muy alto es más traumático pensarlo que hacerlo, te cuento algunos consejos y maneras sobre cómo abordarlo, basados en mi experiencia en consulta.
Deseo que puedan ayudarte, ahí van:
1º PIENSA LOS MOTIVOS POR LOS QUE QUIERES COMUNICÁRSELO.
¿Para que no se enteren por otras vías?
¿Para mejorar mi relación con ellos?
¿Para quedarme tranquilo?
¿Para empezar a ser feliz?
¿Para poder llevar pareja a casa, ó en la próxima reunión familiar?
Hay miles de razones por las que tu quieras o necesites contarlo a tus padres, si me quieres contar tu motivo, puedes hacerlo en mi Facebook Ro Lopez Orientadora familiar y personal.
Te recomiendo que reflexiones sobre los motivos, es decir, ¿Para que quiero contarlo? Saberlo te dirá cual es la necesidad que cubres cuando lo hagas.
2º SABER QUE NO ES UNA CATÁSTROFE LO QUE TE ESPERA.
Los sexólogos denominamos “pensamiento catastrófico” a aquellas “intuiciones, pensamientos en futuro sobre los acontecimientos, la persona piensa que decirlo en casa va a tener consecuencias espantosas, el pensamiento se centra siempre en lo peor de lo peor, se anticipa y se espera la catástrofe”.
La realidad es que es más que posible que tus padres ya lo sepan, (porque recuerda, te conocen desde pequeño, quizá sólo están esperando a que se lo digas…)
Las personas muchas veces sorprenden: puede que se encuentre enfadada o avergonzada, pero también caben reacciones de sorpresa, de orgullo por tener un hijo, gay o lesbiana, e incluso el alivio de que por fin los hagas partícipes de algo que intuían…
3º NO TE QUEDES CON LA PRIMERA REACCIÓN, DESPUÉS LA VIDA SIGUE…
Éste es mi tercer consejo, la primera reacción es un momento, unos minutos, después pasa, y podrán tardar más o menos tiempo, finalmente lo aceptarán (en voz alta, o en su interior, pero lo harán…)
4º CUANDO LO DIGAS, NO OLVIDES PEDIRLES SU APOYO.
No pienses sólo en el mensaje que vas a dar, organiza bien tu discurso, es un momento importante y si vas bien preparado te podrás mostrar más tranquilo.
Te pongo un ejemplo:
“Mamá, llevo varios meses preocupado, quizá me lo has notado, y es que estoy dando vueltas a la cabeza, quería decirte que soy Gay, igual ya lo sabías, pero quería comunicártelo, voy a necesitar vuestro apoyo, ¿es posible mamá?”
Cada caso, cada relación padre, madre, hijo e hija es diferente, si necesitarás preparar tu discurso, prepáralo con un amigo, con un profesional, osea con alguien de tu confianza.
5º TÓMATE TU TIEMPO.
Sólo tu sabes cuando es el momento más adecuado, (vacaciones, navidad, después de cenar, por e-mail, etc…)
Puedes decidir no hacerlo sólo, puede estar un amigo o amiga, puedes hacerlo con el terapeuta, y así “amortiguar” la situación que en principio tanto te angustia.
Mis experiencias anteriores en casos en los que he reunido a padres e hijo en consulta, la primera reacción es sorpresa ó tensión, una vez pasado ese momento, sólo es resolver las dudas que aparecen respecto a la homosexualidad.
Algunas dudas de padres y madres son:
- ¿La homosexualidad es genética?
- ¿Puede coger el sida?
- ¿Cómo podemos apoyarlo para que no sufra?
- ¿Cómo se lo decimos al resto de la familia?
- Somos una familia religiosa, ¿Cómo podemos abordarlo?
6º SI NO LO ACEPTAN…
Dedícate a demostrarles poco a poco que existen muchos gays famosos, muchas lesbianas con situaciones normales, y muchos homosexuales en tu barrio.
Aceptarlo es cosa suya, pero te digo, más tarde o mas temprano lo harán.
¡Ánimo! Si quieres dejar tu comentario, estaré encantada de leerlo y responderte.
Sobre todo TÓMATE TU TIEMPO. Supongo que has esperado mucho hasta llegar a esta situación. A todo gay le llega antes o después ‘esa necesidad’ de tener que agarrar su vida por los cuernos y hacer algo en lo que respecta a su sexualidad. No pasa nada por esperar unos días, unas semanas o incluso algunos meses más, pensando acerca de uno mismo y acerca de todos los riesgos, pros y contras que puede conllevar el adoptar determinadas decisiones. Sobre todo es importante que te sientes a pensar acerca de lo que puede ocurrir llegada la situación, a fin de estar ‘preparado’ (para lo bueno y para lo malo) teniendo presente que es absurdo e inútil preocuparse por las cosas que no puedes controlar (como el comportamiento que vayan a tener los demás).