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¿Qué es la amistad?

La amistad puede surgir en cualquier etapa de la vida. Los amigos comparten con nosotros determinados intereses y experiencias. Son aliados a los que revelamos cosas que difícilmente revelaríamos a otras personas sabiendo que no la utilizarán en nuestra contra. Existen gran cantidad de sentimientos dentro de una relación de amistad: comprensión, respeto, simpatía, amor, diversión, seguridad, intimidad, honestidad, estimulación, ayuda…

El hacer amigos requiere tiempo, esfuerzo, compromiso, tolerancia…, requisitos que en algunas ocasiones no estamos dispuestos a ofrecer o simplemente no podemos.

Hay cuatro principios básicos de hacer y mantener amigos:

  1. Tomar la iniciativa para acercarse a los otros.
  2. Mostrar un verdadero interés por la gente.
  3. Tratar a los demás con respeto y amabilidad.
  4. Valorarse a uno mismo y a los otros como individuos únicos con mucho que ofrecer.

¿Dónde conocer gente?

Toda la gente con la que trabajamos, compartimos barrio, incluso con aquella con la que nos cruzamos o compartimos medio de transporte, son amigos potenciales.

Aunque la oportunidad de conocer gente nueva puede crearse en cualquier ocasión, el lugar más indicado es aquel en el que ésta se reúne por un interés en común (asociaciones, cursos, talleres, discotecas o salones de baile, centros deportivos…).

Este interés en común ya indica que en algo son parecidos o algo comparten. La conversación y la amistad tienen más posibilidades de desarrollarse.

Cómo comenzar una amistad

Es muy probable que las primeras conversaciones giren en torno a la actividad que se desarrolla en común. Preséntese con una sonrisa en la primera pausa. Trate de ser familiar y la gente reaccionará de forma más receptiva. Empiece por preguntar a su interlocutor los motivos que le han llevado allí, explique los suyos. Enseguida notará si la compañía de esa persona le resulta cómoda o no es así.

Si la ha visto unas cuantas veces pero aún no ha entablado conversación, el comenzarla será más fácil por la familiaridad visual. Es mejor no hablar demasiado y mostrarse receptivo, por lo que lo indicado es presentarse y hacer preguntas básicas (¿cuánto tiempo llevas viniendo por aquí?, ¿eres de esta zona?…). Mediante sus respuestas, puede adivinar información oculta (frase iceberg) y ver el interés de la otra persona por usted. Tal vez la otra persona pueda no mostrarse muy habladora. Observe su expresión corporal para comprobar si quizás se debiese a la timidez. También es importante el fijarnos en los objetos, ropa, accesorios…, que lleva, teniendo cuidado de no estereotipar. Pueden darnos pistas sobre los gustos de la otra persona.

Si estamos muy atentos a toda la información que recibimos, podremos utilizarla en la siguiente ocasión en la que volvamos a hablar con esa persona. A todos nos gusta que recuerden cosas sobre nosotros y nos pregunten sobre situaciones aún no solucionadas que quizás hayamos comentado. Sentimos que se nos escucha, que nuestros comentarios son valorados y esto nos hace depositar confianza en la otra persona para abrirnos un poco más.

Cómo hacer amigos y mantenerlos

Como proseguir hacia la amistad

Si estamos seguros de que queremos ser amigos de alguien, tenemos que demostrarle que nos gusta y que deseamos conocerle mejor.

Si actuamos con decisión y amabilidad, la persona que quiera corresponder a nuestra amistad reaccionará de la misma forma. Tampoco debemos olvidar que hay que tomarse las cosas con más calma cuando el contacto establecido es aún pequeño.

Cómo proponer una cita

Lo más fácil es tener ciertas nociones sobre los gustos de la otra persona.

Una situación poco comprometida, como el tomar un café o comer con un compañero de trabajo, puede ser ideal para comenzar. Si sabemos que le gustan determinado estilo de cafeterías o tipo de comida, podemos proponer el acudir a un lugar en concreto que sepamos nos ofrece esas características. El ambiente siempre es un elemento que predispone a que un contacto con alguien nos sea más o menos grato.

Si la persona quiere pasar un rato con nosotros, aceptará nuestra invitación (si no es demasiado tímida, con lo que deberemos ganarnos más su confianza haciéndola sentir más segura).

Tras este paso, bien podemos reafirmarlo en alguna ocasión más, bien podemos proponer el compartir alguna actividad de interés común, como ir a ver una película, a practicar algún deporte, a un concierto, a una exposición… Si proponemos diferentes opciones y dejamos la fecha abierta, tendremos más opciones de no ser rechazados.

Mantener el contacto con la gente que nos gusta

Para que una amistad crezca, es necesario alimentarla. Si dos personas que se gustan conocen más información la una de la otra, la progresiva intimidad llevará a una unión más firme.

Si un amigo nos ofrece una invitación, será conveniente que la aceptemos para animarle a compartir sus experiencias. Mostrarnos abiertos a sus intereses, a su vida, les producirá un sentimiento de bienestar cuando se encuentren en nuestra compañía.

Si nos desagrada por completo la actividad a desarrollar, podemos sugerir una alternativa que a ambos agrade, pero nunca debemos rechazar demasiadas invitaciones. Daríamos la impresión de no estar interesados en su compañía. Incluyámosles también en nuestras actividades si pensamos que pueden agradarles, que podemos sentirnos ambos bien compartiendo cosas en nuestras vidas, experiencias, crecimiento, diversiones…

La amistad es, sin duda, uno de los factores que más enriquecen la vida de una persona.

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