El cuidado y conservación de forma adecuada de nuestras flores y plantas requiere de unas pequeñas y básicas nociones a tener en cuenta.
- Si la flor se marchita antes de llegar a su plenitud, es posible reavivarla. Para ello vierte en un recipiente, agua previamente calentada a 60° de temperatura. Sumerge el tallo de 7 a 8 cm en esta agua y córtalo.
- Siempre en el agua y en bisel uno o dos cm de su extremo, déjalo remojando durante unos segundos y después coloca la flor en posición vertical, en un recipiente lleno de agua fría. Si es preciso, mantén la flor erguida con ayuda de un soporte y deja en remojo por espacio de una hora.
- Cuando se trata de rosas, hacer lo siguiente: envolverlas completamente en un diario, cuidando de cerrar bien los extremos. Colocar el paquete absolutamente plano , en una bandeja que contenga dos centímetros de agua. Luego de unas horas, las flores habrán recuperado toda su frescura.
- Cambiar a menudo el agua del recipiente. Si es un recipiente pequeño es importante hacerlo todos los días. Añadir al agua unas gotas de cloro o una tableta de aspirina, ya que estas impedirán que se marchiten demasiado rápido.
- Cada vez que se cambia el agua, recortar un poco el tallo y eliminar las hojas mustias.
- Cuando se trata de jarrones de gran tamaño y sea difícil se manejo, retira de las flores de los mismos y al mismo tiempo retira la armazón que los sujeta y sumerge todo esto en una bandeja llena de agua fría. En los casos que sea difícil esta operación, añade todos los días un poco de agua para ir supliendo la que se pierde por evaporación.
- Evita colocar un arreglo de flores a pleno sol. Añade un cubito de hielo cuando la zona en la que se encuentra el arreglo seas muy calurosa.
- En tiempo de mucho calor, en un ambiente muy seco o antes de celebrar una recepción, aplica agua sobre las hojas de las flores con un vaporizador, esto ayudará a que conserven su frescura.