Las comidas habituales deben hacerse a la misma hora, en poca cantidad, despacio y masticando bien. Cuando se está sentado, es bueno inspirar y expirar el aire a fondo contrayendo los abdominales. En cambio, cuando se está de pie lo mejor es apretar las nalgas y el vientre y andar siempre metiendo la tripa.
Es preciso beber un mínimo de litro y medio de agua al día y evitar todas las bebidas gaseosas que contribuyen a hinchar la tripa.
Desterrar la sal ya que retiene líquidos en el organismo, así como alimentos conservados en sal (arenques, anchoas o salmón ahumado).
Hay que tomar muchas infusiones, té y el agua de cocer las verduras ya que favorecen el trabajo de los riñones.
¿Por qué se hincha la tripa?
Para que no se hinche la tripa, hay que desterrar algunas malas costumbres, entre ellas, comer deprisa. Al no masticar los suficientemente los alimentos se entorpece la digestión y el estómago debe hacer un esfuerzo suplementario para asimilar la comida. Tampoco hay que beber mucho durante la comida, ya que el líquido absorbido con los alimentos diluye los jugos gástricos y ralentiza la circulación.
Tomar platos picantes provoca gases que dificultan la digestión, al igual que picar entre horas. Llevar ropa apretada también resulta perjudicial ya que, al estar comprimidos, los intestinos trabajan con más lentitud y dificultad. Mascar chicle tampoco es recomendable ya que se traga mucho aire y provoca aerofagia.