Nuestras necesidades y objetivos no satisfechos en el pasado se suelen volcar en los hijos, por eso se desea para ellos los logros que no hemos conseguido, con ello les llenamos de inseguridades en vez de fomentar la creación de su propio “yo” su identidad.
Los niños son otra “personita” vulnerable porque los padres son para ellos su principal punto de referencia en la formación de su personalidad.
Le educación exigente y competitiva no crea niños seguros, sino más bien fomentan su incapacidad. Educar es una labor complicada, cuántas veces hemos oído que los niños no vienen con un manual de instrucciones pero si tenemos multitud de libros de psicología que nos pueden ayudar para saber la importancia del vínculo madre e hijo/a y por qué no también de la unión entre un padre y un hijo/a.
Si un niño/a establece un buen vínculo con los “papis” de mayor será como un árbol con unas grandes raíces, estará anclado al mundo con optimismo y alegría, todo lo que se proponga lo conseguirá sin mirar a su alrededor con pena o envidia, el mal de nuestros días, pero ese ya es otro tema del que se podría hablar mucho.
Buen día a todos.
Nuria Montero Delgado. Psicóloga Laboral y Sanitaria.