¿Cómo podemos cuidar el medio ambiente?
En los pequeños detalles están las grandes soluciones para evitar el deterioro de nuestro medio ambiente.
Desde cada hogar es posible hacer algo para ponerle un freno a este problema que nos compromete a todos.
Los grandes problemas muchas veces tienen soluciones pequeñas.
Un aporte, por diminuto que sea, sumado a otro igual y multiplicado todas las veces que sea posible, puede significar una gran solución. El cuidado del medio ambiente se ha transformado en un gran problema que implica a cada uno de los habitantes de este Planeta. Y, aunque parezca infructuoso, todo ayuda y se puede hacer una gran obra desde las pequeñas cosas de cada hogar.
La ley de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar
Una primera medida a contemplar en cada casa es reducir el consumo de recursos no renovables como son el papel, los envoltorios, los plásticos… y sobre todo reducir el consumo de energía. Comprar el producto que tenga menor envasado y pedir a empresas y gobiernos que regulen este abuso. Como norma, son mejores los productos frescos que los congelados. Sobretodo, reducir la dosis en detergentes y nunca sobrepasar la indicada por el fabricante (que ya suele ser excesiva) y a ser posible que sea un detergente sin fosfatos que dañan muchísimo los ecosistemas acuáticos.
Otra medida es reutilizar los objetos y evitar aquellos que sean descartables. Arreglar, si es posible, los objetos rotos o dárselos a otras personas, si pueden seguir siendo útiles. Si no se puede eliminar el consumo de algo, ni reutilizarlo, que al menos se pueda reciclar para fabricar un nuevo producto.
No olvides que no se deben tirar por el desagüe residuos sólidos (colillas, medicamentos, gasas…) ni otros productos (aceites, detergentes, pinturas, disolventes…) que no sean biodegradables. Si no lo hacemos así, estamos contaminando los ríos y haciendo que las aguas sean más difíciles de depurar. Lo ideal es tirar todos estos residuos a la basura.
PVC, un peligroso veneno
Materia prima de muchos utensilios, el PVC (policloruro de vinilo), como el plomo, es un material que debería prohibirse en todos los ámbitos y, sin embargo, son muy utilizados, principalmente en la construcción y en la fabricación de juguetes.
¿Por qué es tan peligroso el PVC? Para empezar, utiliza cloro en su fabricación, por lo que emite al medio ambiente sustancias organocloradas y dioxinas.
Además, para fabricar PVC se necesita un enorme consumo energético con los problemas que esto ocasiona. Además, el PVC puede tener un 60 por ciento de aditivos, algunos de ellos son también tóxicos (cadmio, plomo, ftalatos…) y pueden causar problemas a la salud de los niños que llevan sus juguetes a la boca. En caso de incendio, libera gases tóxicos que pueden provocar la muerte. Por si fuera poco, es difícilmente reciclable, aunque muchas empresas anuncien lo contrario.
Un problema es que los fabricantes no están obligados a indicar el tipo de plástico utilizado. Pero en algunas ocasiones el producto está marcado con la palabra “vinilo”, una “V” o el número “3“.
Otra forma de reconocer este peligroso material es doblar el plástico y fijase si queda una marca blanca, en tal caso se trata de PVC. La parte inferior de la botella es también característica: si tiene dos puntos (abultamientos) a ambos lados del centro, es PVC. Si sólo tiene un punto justo en el centro, no es PVC.
Contaminación acústica
A partir de los 85 decibelios el oído puede resultar dañado, con menor ruido puede también enfermarse si nos exponemos durante mucho tiempo. Por otra parte, el ruido, aunque no sea dañino al oído, provoca estrés, fatiga, pérdida de concentración, cefaleas… Lo aconsejable es vivir y trabajar en lugares silenciosos. En caso de que esto no sea posible, debemos aislarnos del ruido exterior con macetas, árboles, cristales dobles en las ventanas… Naturalmente, también debemos denunciar el exceso de ruido, si este es ilegal y en caso de que no haya leyes al respecto, solicitar que sean elaboradas.
También es necesario incorporar en la cultura ciudadana las premisas básicas de convivencia y ejercer la tolerancia evitando las agresiones acústicas inútiles, tales como las bocinas.
El agujero en la capa de ozono
Determinadas actividades humanas vierten determinados gases a la atmósfera que reaccionan con el ozono, eliminándolo y creando otros gases que no cumplen la misión del ozono, encargado de filtrar los rayos ultravioleta. Así, se han creado diversos agujeros en la capa de ozono que permiten la entrada en la tierra de radiaciones muy peligrosas de las que se han constatado sus negativos efectos en la salud humana, vegetal y animal.
La solución pasa por prohibir la fabricación y uso de todos los gases que destruyen el ozono, que son, principalmente, el bromuro de metilo, utilizado como fumigante agrícola y los utilizados en frigoríficos, máquinas de aire acondicionado… Por esto, antes de comprar un aparato debemos preguntar si contiene o no gases nocivos. Más conocido es el efecto de los aerosoles en la capa de ozono y también hay que evitarlos.
Curiosidades
- El consumo de energía eléctrica no contamina. Pero sí contaminan, y mucho, las actuales formas de obtener esa energía. Actualmente, la mayoría de la energía eléctrica se obtiene por centrales térmicas, que contaminan la atmósfera, y centrales nucleares, que producen residuos radiactivos muy contaminantes y persistentes (millones de años de toxicidad). Por lo tanto, el ahorro de energía es una cuestión de salud y no de economía: aunque puedas pagar tus facturas de electricidad, consume lo justo.
- Para producir un kilo de carne se necesitan, como mínimo, 16 kilos de cereales, 20.000 litros de agua y la energía equivalente a 8,3 litros de gasolina. Por tanto, para reducir las emisiones de dióxido de carbono reduce tu consumo de carne.
- La caoba es un árbol muy escaso y preciado que se encuentra principalmente en la selva amazónica de Brasil y Bolivia. Por culpa de la fuerte demanda, se están devastando grandes zonas vírgenes de selva amazónica, los pulmones de la Humanidad. Hay que evitar los muebles de esta madera, por más lindos que sean.
- El consumo de energía de la llamita de los calentadores que esperan la orden para encenderse es inmenso. En todo el mundo, en un año se consume una energía equivalente a la producida por siete centrales nucleares de tipo medio. Por eso, los calentadores se deben encender cuando son necesarios, apagarse cuando dejen de serlo y en ningún caso se deben dejar constantemente encendidos. Lo mejor, sin duda, es usar la energía solar para calentar el agua e iluminar la casa.
Cuidar el mundo es cuidarlo para nosotros y para nuestros hijos. Desde las pequeñas cosas se puede hacer mucho. Si conocemos los problemas del medio ambiente y sus causas ¿por qué no hacer nada para solucionarlos?