En ocasiones los pensamientos son repetitivos y provocan angustia o ansiedad, dificultando las acciones. Estas reflexiones actúan como una bola de nieve, cuanto más tiempo están rodando más grandes se hacen; por ejemplo, cuando ha cometido un error y no puede dejar de pensar una y otra vez en lo mismo: “no lo tenía que haber dicho”, “qué estarán pensando de mí”, “soy un desastre”,…
Pasos para detener los pensamientos negativos
- Detecte ese pensamiento que se repite una y otra vez, generándole ansiedad.
- Utilice algún gesto que pueda controlar (una palmada en la pierna, un pellizco, un apretón de puños…) para parar el pensamiento.
- Asocie a ese gesto una palabra (basta, para, stop, ya o fin), para conseguir que ésta, por sí sola, cause el mismo efecto que el gesto. A menudo estas reflexiones son muy difíciles de interrumpir y, después de frenarlas, le asaltan una y otra vez. Para evitarlo, piense en algo agradable que vaya a hacer en un futuro próximo, en alguien a quien quiera, en dónde va a pasar las vacaciones,etc…
Otra posibilidad es realizar una actividad que requiera cierta concentración y le distraiga (leer, fregar, llamar por teléfono, oír música, hacer deporte,…). Evitar que “afloren” esos pensamientos, utilizar alguna otra técnica de control de estrés, como el desmontaje de ideas irracionales o las autoinstrucciones.