La primavera y el otoño son las estaciones más indicadas para prestarse a los saludables efectos de las dietas depurativas. No sólo plantan cara a la báscula con excelentes resultados, sino que ayudan al organismo a regenerarse al propiciar la eliminación de toxinas. La dieta vegetariana y la dieta del sirope de savia ofician la desintoxicadora liturgia.
Dentro de los llamados regímenes depurativos brillan con luz propia la dieta vegetariana y la dieta del sirope de savia, dos maneras muy diferentes de acabar con los kilos de más ejerciendo un saludable efecto depurador sobre el organismo.
La dieta vegetariana no es sólo un equilibrado plan para perder peso, sino toda una filosofía de vida. La carne y el pescado se contemplan “cadáveres” que hay que desterrar de un verde menú donde priman las frutas, las verduras y las hortalizas. Por su parte, la dieta del sirope de savia es más bien una cura de desintoxicación que propicia la delgadez en un tiempo récord.
Dietas vegetarianas
Existe un variado número de dietas vegetarianas. Todas ellas implican un bajo aporte calórico que por sí mismo asegura la pérdida de peso. La más severa es la dieta vegetariana estricta, que sólo permite la ingestión de vegetales.
La ausencia total de proteínas puede ocasionar un déficit de vitamina B12 y de aminoácidos esenciales. Los vegetarianos palían estas carencias comiendo algas y mezclando cereales con legumbres. Por eso es más aconsejable la dieta ovo-lácteo-vegetariana, que resuelve ambos problemas incorporando al verde menú huevos, leche y sus derivados.
Perder kilos y ganar salud
La dieta ovo-lácteo-vegetariana es muy equilibrada, tanto en la variedad de alimentos que contempla como en su relación tiempo de duración y kilos perdidos (4 kilos al mes). Por si fuera poco, estos no se recuperan y con el tiempo el peso tiende a estabilizarse. Hay que seguirla como mínimo durante un mes, pero puede mantenerse por tiempo indefinido.
Sus facultades depurativas tampoco son despreciables. Su variada carta ayuda al organismo a regenerarse, estimulando la formación de tejidos y fomentando la eliminación de las toxinas. Es ideal para quienes padecen enfermedades cardiovasculares porque también baja el colesterol. Sin embargo, no se aconseja a niños, adolescentes y personas con patologías óseas.
Como contrapartida, puede ocasionar diarreas y flautulencias durante los primeros días y su elevado aporte de fibra puede dificultar la absorción de determinados minerales. Además, resulta cara por el elevado precio de los productos biológicos que incorpora (leche de almendras, soja, sésamo…).
Cura de sirope de savia
El sirope de savia es la estrella de una cura de depuración que ataca directamente a los depósitos grasos que anidan en las zonas conflictivas. El preparado (2 litros de agua mineral, 14-16 cucharadas de sirope de savia, el zumo de 4-5 limones, una cucharadita de canela y una pizca de cayena picante) cubre las necesidades vitales del organismo en cuanto a demanda de proteínas, hidratos de carbono y minerales.
Antes y después de someterse a esta cura es necesario realizar una predieta y una postdieta de tres días de duración. Durante ese periodo hay que compaginar la ingesta de sirope (medio litro el primer día, tres cuartos el segundo y un litro el primero para la predieta y un litro el primer día, tres cuartos el segundo y medio el tercero para la postdieta ) con naranja, pan y arroz integral, caldo de verduras y fruta.
Fuente de salud y energía
La cura de sirope de savia puede durar entre 7 y 10 días, periodo durante el que sólo ingieren 8-10 vasos del preparado al día. Posibilita la pérdida de entre 5 y 7 kilos, una cantidad nada desdeñable y que en parte no vuelve a recuperarse.
Además, reduce el colesterol y su aporte energético provoca vigor e euforia. Piel, uñas y cabello también se lo agradecerán. Abstenerse diabéticos e hipotensos. Si está bajo de glóbulos blancos, sustituya el zumo de limón por el de naranja.