¿Le dices sí a todo?
El problema no es que esta persona no esté a la altura. Es cómo es y no podemos hacer nada, cada uno tiene su forma de ser.
Generalmente esta problemática se produce porque uno de los miembros de la pareja tiene un perfil imaginario preconcebido de antemano, el cual debe encontrar y seguir a pies juntillas. Con lo cual, cuando la persona elegida no cumple el perfil, deja de interesar y se busca a otra.
A menudo este perfil que se busca es un modelo de la pareja de los padres o todo lo contrario, no se parece en nada. Así, cuando una pareja empieza a salir y uno le pide al otro que cumpla unas características muy concretas que él cree que son las más adecuadas, la otra parte de la pareja se encuentra en un callejón sin salida. No puede dejar su identidad para gustar a la otra persona y si lo hace habrá cometido un error del cual se arrepentirá.
Los trastornos que ocasionan este tipo de relaciones se enumeran a continuación:
- Pérdida de la autoestima y de la confianza (si la pareja sucumbe a lo que el otro espera de él).
- Discusiones continuas y presión emocional (se está esperando continuamente la recriminación por no haber hecho esto o lo otro).
- Ansiedad por no conseguir que la pareja funcione (por parte del cónyuge que impone su ley).
- Imposibilidad de conseguir el modelo propuesto e insistencia por conseguirlo (insatisfacción porque las cosas no salen como yo quiero).
¿Dónde queda el amor y el valor que le doy a mi pareja? Si se parece a mi padre le quiero, si no, no.
Nunca tiro la toalla porque esta relación va a ser la definitiva: genera cansancio y una lucha con un solo guerrero (tú mismo). Además la batalla está perdida de antemano. Mi pareja es como es y tendré que aceptarla si realmente la quiero, no podré moldearla a mi manera.
Afán obsesivo por buscar en mi pareja algún rasgo que le identifique con el padre o madre al cual no quiero que se parezca. A la pareja le resulta ofensivo esta inquisición en la que se haya inmerso y cortará la relación tarde o temprano.
En este tipo de parejas existe una guerra continua entre un luchador que quiere conseguir un objetivo, (una pareja perfecta) y un vencido que nunca conseguirá estar a la altura. Se suelen mantener durante mucho tiempo porque en los periodos en los que no hay conflictos se entienden bastante bien y se demuestran cariño y amor.
Es tanto el tiempo dedicado a los conflictos y a que mi pareja llegue al listón que le he puesto que no puedo tirar la toalla ahora, con todo lo que llevo conseguido. Con lo cual estas parejas perduran en el tiempo a pesar de sus conflictos, se resisten a cortar.
La persona que intenta imponer su perfil ideal al otro es el que más lucha y el que más tiene que perder. Cuando la relación se rompe van a aparecer en esta persona Sentimientos de culpabilidad por haber querido cambiar al otro y sensación de pérdida de tiempo, puesto que cada uno es como es, ganar una batalla no es ganar la guerra con lo cual cada día tendré batallas que librar y la guerra nunca terminará a no ser que termine con la relación.
Razonamientos a tener en cuenta para este tipo de problema
Tú no eres como tu madre o padre y tu pareja tampoco, con lo cual es imposible que la relación funcione igual, además son distintos momentos y distintas épocas, las circunstancias nunca se repiten, con lo cual habrás perdido de antemano si pretendes conseguir lo mismo que tenían tus padres. Podrás hacer que sea parecido o similar, pero nunca igual porque ustedes no son los mismos.
En una relación de pareja estarás luchando solo, ya que tu pareja se dedicará a recibir las embestidas y a hacerte razonar pero no luchará contigo, si lo hace habrá caído en tu trampa y entonces estarán perdidos, la relación se romperá tarde o temprano, no puedes hacer que una persona pierda su propia identidad para gustarte a ti.
Entrarán en juego la lectura de pensamiento y las adivinaciones. Creerás que sabes lo que el otro está pensando porque hace lo que hizo tu padre en una ocasión, por ejemplo. Esto ocasionará malos entendidos, tu nunca sabrás lo que piensa tu pareja y si actúas en base a eso, te confundirás. No adivines y pregúntale.
No busques un ideal de pareja preconcebido por tu fantasía, te será muy difícil de encontrar, por no decir imposible. Cuando comiences una relación de pareja intenta ser coherente y razonable, valora las virtudes de esa persona y sus defectos y después decide si te compensa o no, siempre desde la racionalidad y no desde tu fantasía.
Si algún aspecto de tu pareja no te gusta intenta buscar el por qué: ¿Se parece a aquello que tanto te fastidiaba de tu padre o madre?, no te preocupes en exceso, tal vez para ustedes eso no sea un problema porque saben llevarlo de otra forma y de todos modos siempre se podrá hablar y discutir llegando a soluciones.
Disfruta de tu nueva pareja sin limitaciones y no anticipes consecuencias negativas en un futuro, deja que las cosas vayan fluyendo por su propio peso y soluciones.