Te acabas de mudar solo. Te casaste y le quieres hacer algo especial a tu marido. Estas cansado de comer siempre comida comprada y tienes antojo de algo “caserito”… Cualquiera de estos puede ser tu caso, y de pronto te encuentras por primera vez frente a la cocina y no sabes como empezar.
Aquí te daremos algunas pautas para tus primeras veces, y quitarte todas las dudas que te vayan surgiendo.
El arroz:
Existe una gran variedad de arroces diferentes, fíjate en el envase y te dirá para qué tipo de platos es mejor.
Como dato básico, tienes que saber que se calcula media taza por persona y que se utiliza el doble de agua que de arroz. (en este caso 1 taza) Luego puedes agregar los condimentos que quieras, aunque un arroz blanco común lleva solo sal y un chorrito de aceite.
Que es un chorrito? Mas o menos una cucharada o lo que caiga al inclinar el aceite y contar dos segundos. (un cocodrilo.. dos cocodrilos..)
Si quieres que sea más sabroso, utiliza caldo en vez de agua. Si lo quieres amarillo agrégale azafrán.
Las pastas:
Se utilizan frescas o secas. El tiempo de cocción viene por lo general en el paquete, las frescas tienen menos tiempo de cocción (unos 7 u 8 minutos).
Se calcula una taza por persona. Por lo general, se cuecen en abundante agua con sal, no es necesario medirla porque luego se desecha (a diferencia del arroz que se prefiere que absorba completamente el agua así no pierde nutrientes). Algunas personas agregan un chorrito de aceite para que no se peguen, si bien resulta efectivo por otro lado hace que los fideos no se impregnen bien con la salsa, por eso, nuestro consejo seria que lo hagas al principio si tienes miedo o si vas a comerlos con manteca y queso rallado, pero si vas a ponerles una salsa y quieres que sean más sabrosos, presta mucha atención al punto y no agregues el aceite.
Si las quieres más sabrosas, agrega una pastilla de caldo concentrado al agua.
Cuando están listas, se vuelcan sobre un colador de pastas (grande y generalmente con pie) y se escurren muy bien, ten la precaución de hacerlo sobre la pileta de la cocina para no quemarte. Luego se colocan en el plato y se agrega la salsa. Otra técnica muy utilizada es retirarlas un par de minutos antes del agua, escurrirlas y colocarlas dentro de la cacerola donde se está cocinando la salsa, remover bien para que se impregnen y dejar que tome el punto.
Las carnes:
Cada persona tiene su gusto sobre el punto de cocción de la carne, por lo tanto no podemos dar tiempos estimativos, aquí deberás guiarte por la receta que utilices e ir probando.
Como regla general se pretende que la carne conserve todos sus jugos, para esto se suele “sellarla” colocándola en una sartén con un corrito de aceite caliente y cocinándola unos minutos de cada lado hasta que se dore. Luego se realiza la cocción final en el horno o cazuela, según diga la receta. Lo importante es hacerlo poco tiempo para no recocinar la carne. Esto se aplica a cualquier tipo de carne (vaca, pollo, etc.) Otra opción a la hora de recortar calorías es cocinar en horno máximo durante unos 10 o 15 minutos para que se forme la costra y luego continuar a temperatura mas baja.
También hay discusiones a la hora de salarla, algunos cocineros prefieren hacerlo al final porque alegan que sino se deshidrata y queda un costra y otros dicen que salarla previamente es el secreto para su mejor sabor. Te aconsejamos que pruebes ambas maneras y decidas cual es la que prefieres.
Si vas a hacer una carne al horno o a la parrilla, te recomendamos que la cocines durante mucho tiempo a temperatura muy baja, así saldrá tierna. Si tienes el tiempo y la paciencia, puedes dejarla 2 o 3 horas incluso, rociada con un chorrito de aceite. Eso si, controla que no se queme, que la temperatura esté al mínimo y dale la vuelta para que la cocción sea pareja. Si te parece que el mínimo de tu horno es todavía alto, deja la puerta abierta un par de centímetros.
Los pescados:
Aquí lo más importante que te debes tener en cuenta es elegirlos frescos. Un pescado fresco tiene el cuerpo rígido, la carne tersa, las escamas brillantes y bien sujetas, su ojos brillantes y las agallas bien rojas.
Generalmente se cocinan poco tiempo, unos 4 a 5 minutos de cada lado. A la plancha con un chorrito de aceite de oliva, limón y sal puede ser suficiente para tener un plato delicioso.
Cuando lo compres pregunta si ya estuvo congelado para no volver a hacerlo, en algunas pescaderías suelen poner un cartelito verde con el precio en los pescados que se pueden congelar y un cartelito rojo para los que ya han sido congelados.
Las milanesas y los rebozados:
Se pueden hacer milanesas con casi todos los tipos de carne, jamón cocido, trozos de queso, pescados, verduras y lo que se te ocurra.
Utilizando en ejemplo de la carne, el primer paso es condimentarla con sal y pimienta. Luego la pasas por huevo batido (que deberás tener preparado en un plato hondo) impregnándola bien por los dos lados y luego por pan rallado (que también lo tendrás preparado en un plato grande o una fuentecita). Si te gusta, puedes repetir la operación y obtendrás una costra más gruesa. Un truquito.. una vez listas, déjalas descansar en la heladera una hora para que se absorba todo el huevo y se sequen, así nunca se te desprenderá el rebozado al cocinarlas.
Para freírlas, lo haces en aceite caliente (lo suficiente para que empiece el ruidito característico al agregar el alimento pero no tanto como para que humee. Las fríes por ambos lados hasta que estén doradas, las escurres sobre papel de cocina, las salas y las sirves.
Para cocinarlas al horno se colocan en una fuente para horno aceitada y las rocías con un poquito de aceite, o con spray vegetal. Las cocinas unos 10 minutos, las das vuelta y luego otros 10. (ten en cuenta que los tiempos son siempre estimativos y varían de acuerdo a las cantidades) pero te darás cuenta que están listas cuando tomen color dorado y la carne esté marrón.
En lugar de huevo batido puedes utilizar inglesa para empanar y quedarán más sabrosas. Si vas a utilizar pescado se suele comenzar cubriéndolo con harina y luego empanar como hemos descrito o utilizar directamente harina en vez de pan rallado.
Para milanesas de verduras, se recomienda darles una cocción previa.
Las ensaladas:
Seguramente es uno de los platos más versátiles que existen, puedes hacerlas con verduras, frutas, carnes, quesos, arroz, pasta o una mezcla de todos ellos. La más conocida es la llamada “mixta” que se prepara con lechuga, tomate y cebolla. Si quieres que ésta última sea más suave, un truquito es curarla sumergiéndola en agua caliente durante 5 minutos antes de utilizar.
A la hora de condimentarlas también hay infinidad de opciones, vinagretas, mayonesas o diferentes salsas. Como regla general, las ensaladas se condimentan al momento de servirse, excepto las de pasta o arroz que se dejan unas horas para que absorban el condimento (que debe ser más abundante que en otras ensaladas) o algunos casos especiales como cuando contienen repollo que, dejándolas varias horas, se ablanda y queda más sabroso.
El aderezo más conocido es la vinagreta, en el que se mezclan partes iguales de aceite y vinagre y se condimenta con sal y pimienta. Te recomendamos que pruebes prepararla en un recipiente pequeñito por separado y que la batas con un batidor de mano antes de agregar a la ensalada. Luego puedes ir probando aceites diferentes, vinagres aromatizados, aceto balsámico y agregando hierbas secas o frescas a los aderezos.
Los huevos:
Dentro de las mil formas posibles, las más conocidas son:
- Duro, colócalo en agua y déjalo hervir 10 minutos.
- Pasado por agua, dejándolo hervir 4 minutos.
- Frito, utiliza aceite bien caliente (igual que para las milanesas) echa el huevo y déjalo cocinar, mientras, con una espumadera vas echando aceite caliente sobre la yema para que se cocine la película superior, pero cuidando que quede jugoso.
- Revueltos, bates los huevos en un plato, condimentas con sal y pimienta y vuelcas el batido en una sartén caliente y con un poquito de aceite, revuelves constantemente hasta que estén, el punto es a tu gusto puedes