Una hoja de papel, un poco de paciencia y destreza para aprender a hacer verdaderas obras de arte.
La Papiroflexia es el arte de hacer figuras de papel. Una actividad milenaria que perdura hoy en día como instrumento educativo y diversión.
La papiroflexia u origami (de Ori = plegar y Kami = papel); puede definirse como un arte educativo en el que se desarrolla la creatividad, tomándola como pasatiempo o aplicándola incluso a las matemáticas.
Tiene sus orígenes en Japón, pero llega a Europa en el siglo XVI, desarrollada inicialmente mediante el plegado de telas. Más tarde se daría a conocer a nivel mundial. Esta actividad fue una de las aficiones de una figura de tan rara originalidad como D. Miguel de Unamuno.
Diversión educativa
El resultado figuras de papel en las que generalmente no se utilizan cuchillos, ni tijeras, ni adhesivos, simplemente se necesitan las manos y el papel, pero también hay herramientas como las pinzas que ayudan a un mejor manejo del papel, reglas y escuadras.
El origami no sólo es diversión, sino que también apoya el estudio de las matemáticas y la geometría, la sensibilidad artística, la motricidad fina (fineza de los dedos), la coordinación, la habilidad, la concentración, la paciencia, la memoria para recordar los dobleces, y la imaginación espacial para usar las tres dimensiones (alto, ancho y fondo).
El papel
La evolución histórica de la papiroflexia está íntimamente ligada a la del papel de fibra vegetal. El papel tuvo su origen en China en el primer siglo de nuestra era. Parece ser que el emperador Ch´u exigió a su ministro de agricultura un nuevo material para renovar los escritos de su biblioteca. Este ministro, Ts´ai lun, hizo varias pruebas, y al final consiguió muy buenos resultados con una pasta vegetal a base de fibras de caña de bambú, morera y otras plantas.
La técnica de doblar el papel tiene sus inicios en los Noshis, que no eran sino ofrendas alimenticias que se hacían antiguamente en los templos budistas. Las ofrendas eran envueltas y adornadas con cintas y papeles de colores doblados. Con el tiempo fue aumentándose la dificultad e importancia de los elementos ornamentales hasta el punto de convertirse en el único elemento de la ofrenda.
Cuando el secreto del papel fue llevado a Japón, alrededor del siglo VI, por monjes budistas, fue rápidamente integrado en la cultura del país. En Japón, el papel era escaso y caro; por esto, originalmente, solo la nobleza adinerada practicaba el plegado de papel. A medida que creció la disponibilidad de papel a buen precio, creció el Origami como pasatiempo popular entre ricos y pobres por igual.
Hoy en día la papiroflexia puede utilizarse de dos maneras distintas:
- Como pasatiempo para crear formas y expresarse.
- Como estudio de las matemáticas. En este caso existe un lenguaje de aprendizaje del origami.
Función educativa para los niños
La utilización de la papiroflexia como medio didáctico se fundamenta en los aspectos pedagógicos que desarrolla. La habilidad manual, la psicomotricidad fina, la atención, el desarrollo manipulativo, la creatividad, la orientación espacial, la memoria, el cuidado, la perfección, la precisión, el compañerismo…
Además tiene la gran ventaja de que el único material necesario es una hoja de papel, y eso se encuentra en todas partes. Aunque el tipo de papel no tiene por que ser especial con el tiempo se podrán utilizar papeles especiales para conseguir mejores efectos en las figuras que se creen.
Para doblar una figura no se necesita ser un experto, sólo hay que recordar algunos consejos a la hora de ponerse manos a la obra:
- Utilizar papel manejable.
- Realizar un plegado cuidadoso y pulcro, especialmente en los vértices.
- Trabajar en una superficie dura y lisa.
- La perfección en el doblez se alcanza pasando la uña del dedo pulgar a lo largo del pliegue.
- Seguir cuidadosamente la secuencia de confección de la figura.
- No eliminar pasos intermedios.
- Poner atención en cada paso, a su ejecución y dirección.
- Estar concentrado en la labor a desarrollar.
- Trabajar con las manos limpias.