Prueba que se usa para ayudar a diagnosticar problemas del páncreas, como gastrinomas y pancreatitis. Mide la capacidad del páncreas de responder a la hormona secretina (una hormona que hace que el estómago, el hígado y el páncreas segreguen otras sustancias). La secretina se administra al paciente a través de un tubo colocado en la nariz o la garganta que llega hasta el estómago y el intestino delgado o se inyecta en una vena. Después de cierto tiempo, se toman muestras que se envían a un laboratorio para someterlas a prueba. Es un tipo de prueba del funcionamiento del páncreas. También se llama prueba de la función pancreática.