HOMBRE: LOS HOMBRES ANTE EL CAMBIO DE LAS MUJERES
Los hombres, por lo general, son conscientes de los cambios que hemos y estamos consiguiendo las mujeres, poco a poco el discurso por la igualdad va calando en la sociedad al completo, sobre todo entre los grupos más jóvenes.
Los estudios de género se han centrado por lo general en las mujeres, y por ello existen pocas investigaciones sobre cómo están enfrentando los hombres, los cambios protagonizados por el sector femenino. En España algunos de los pocos estudios que se han realizado nos revelan que existen tres grupos de varones en cuanto a actitud hacia el cambio de las mujeres:
- Los favorables al cambio de las mujeres: Este grupo por lo general se compone de los varones más jóvenes, con un nivel cultural medio alto, con estudios, por lo general viven en ciudades grandes, solteros y sin hijos. La cuestión es que entre los hombres que pertenecen a este grupo son pocos los que cuestionan su comportamiento, es decir, algunos ven bien los cambios de las mujeres de una manera interesada, ya que les viene bien que tengan ingresos o que asuman más responsabilidad; otros ven los cambios como positivos pero no sienten que tengan que cambiar su propio comportamiento, por lo que en la práctica no son igualitarios; y un pequeño porcentaje son los que cuestionan su rol masculino y creen que deberían cambiarlo para que las relaciones entre hombres y mujeres sean más igualitarias.
- Los contrarios a los cambios de las mujeres: Se encuentran más frecuentemente entre los mayores de 55 años, o entre aquellos con estudios medios, relacionados con mujeres que solo trabajan en el ámbito doméstico, trabajadores poco cualificados y que viven en pequeñas cuidades. Su discurso es androcéntrico, machista o paternalista. Son por lo general contrarios a las reivindicaciones feministas y la suelen entender como un intento de dominar a los varones.
- Los ambivalentes frente a los cambios de las mujeres: Suele predominar entre los que están alrededor de 45 años, en determinados aspectos de la igualdad, existe acuerdo y en otros no, por lo que se pueden situar, a veces en el grupo de los favorables y, a veces, en el de los desfavorables, dependiendo del aspecto de la igualdad real al que nos remitamos. Suelen ser los que más incomprendidos y desconcertados se sienten ante estos cambios. Viven los cambios con más resistencia pasiva, que con rechazo o colaboración y se sienten temerosos de perder sus privilegios. Casi todos se sienten cansados de las reivindicaciones feministas, y sobre todo de que no se valoren sus esfuerzos por adaptarse a estos cambios.