1 ¿Qué es el ictus?
El ictus o también llamado accidente cerebro vascular es una alteración neurológica aguda y súbita de origen vascular con déficit neurológico que dura más de 24 horas (O.M.S).
Es importante detectar y actuar ante los primeros síntomas de un ictus,que suelen ser bruscos o repentinos. Entre otros tenemos las alteraciones de la visión (pérdida brusca, visión doble…), pérdida de sensibilidad (sensación de acorchamiento u hormigueo) y/o de fuerza en un lado del cuerpo (por ejemplo en la cara, brazo o pierna derechos o izquierdos), alteraciones en el habla (para expresarse o para entender lo que nos dicen), dolores intensos de cabeza que no son habituales, desequilibrio, alteraciones en la conciencia…
2 Miedos y dudas que puedan tener
Muchas veces los afectados por un ictus temen que éste vuelva a suceder. Aunque es posible, también es cierto que esto es algo impredecible. En líneas generales, se puede decir que deberemos reforzar la prevención. Por ejemplo, seguir las prescripciones dadas por el médico, empezar con una dieta equilibrada baja en colesterol, y evitar los hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, puede ser un buen comienzo.
Se consideran factores de riesgo la hipertensión arterial, la diabetes mellitas, las alteraciones cardíacas, la obesidad, y el sedentarismo, entre otros.
Seguramente, se estarán preguntando cómo van a manejarse en casa, qué va a pasar una vez que salgan del hospital y ya no se sientan tan protegidos. Es un proceso lento y hay que tener paciencia. Por eso, se les anima a que consulten todas las dudas que tengan o a que busquen consejo en los profesionales más cercanos, antes y después del alta. Esperamos que este folleto les sirva de orientación.
3 De vuelta a casa después de un ictus, preparándose y adaptándose
Barreras arquitectónicas y adecuación de la casa
El ictus puede afectar de distintas maneras como ya ha sido mencionado. Si existe un grado considerable de incapacidad, nos tendríamos que plantear si en casa tenemos barreras arquitectónicas que impidan la movilidad de la persona afectada y su posibilidad de desarrollar una vida adecuada. Las barreras arquitectónicas pueden condicionar su vida social, laboral y su libertad de movimiento dentro de la propia vivienda. Consideramos barreras arquitectónicas, por ejemplo, no tener ascensor pero sí escaleras para acceder a casa, obstáculos en el suelo con los que se pueda tropezar, puertas o pasillos muy estrechos, suelos deslizantes, bañera en lugar de ducha, un baño con difícil acceso, transportes públicos no accesibles o muy alejados de su zona de residencia, etc.
Consulten a los profesionales antes de irse de alta en caso de que crean tener un problema a este nivel. También hay profesionales en los ayuntamientos o en los servicios de Bienestar Social y de la Seguridad Social que se encargan de valorar si es posible o no dar una subvención para las reformas en el hogar, o para la compra de aparatos ortoprotésicos. La movilidad limitada de vuestro ser querido puede requerir de adaptadores o de ayudas para suplir el déficit y potenciar la autonomía, evitando así que el paciente se convierta en un receptor de cuidados pasivo. Existen centros donde se encargan de valorar la posibilidad de subvencionar camas articuladas, andadores, muletas, bastones, sillas, accesorios para facilitar las Actividades de la Vida Diaria y el cuidado, etc.
4 Centros y Profesionales de la salud después del alta
Después del alta podría necesitar contactar con otros profesionales de la Salud que abarcan distintas áreas de trabajo. Por ejemplo, tenemos a los logopedas (para los problemas del habla y la deglución), fisioterapeutas (para la rehabilitación física) trabajadores sociales (para la asistencia en casa, subvenciones, baremos de minusvalía, resolución de problemas sociales, información sobre recursos…), terapeutas ocupacionales (para mejorar su autonomía en las Actividades de la Vida Diaria, consejos en la adaptación de la casa,y en las actividades de ocio), el neurólogo, el neuropsicólogo, el psicólogo o el psiquiatra (en caso de que se necesite ayuda psicológica del nivel que sea), enfermeras del Centro de Salud…
La Fisioterapia o rehabilitación (Movilizaciones pasivas, ejercicios para andar, métodos de utilización de bastones, andadores, entrenamiento para traslados con silla de ruedas…) puede ser muy beneficios a ; sea constante con los ejercicios si siente que puede realizarlos.
Sería muy positivo que el cuidador se involucre también, el ejercicio es beneficioso para todos. El ejercicio, por muy leve que sea, aumenta la sensación de bienestar. Otra opción que tenemos es el voluntariado, que en ciertas ocasiones organiza visitas domiciliarias y ofrece compañía o diversión al paciente y/o familia. Estos grupos de voluntarios ofrecen a la familia la seguridad de saber que si ellos se van a realizar un recado, por ejemplo, su ser querido no se encontrará solo.
Consulte tanto a su médico como al personal de Enfermería antes del alta para que le indiquen con más detalle qué profesional puede ser el adecuado para su situación. Plantee sus problemas y necesidades sin miedos. Existen también centros como las Asociaciones de afectados a las que puede acudir para recibir ayuda o servicios. Por un precio módico al año, puede hacerse socio y recibir sus servicios de rehabilitación, psicología, trabajo social, centros de día, residencias de descanso temporal, terapia ocupacional, información, orientación familiar… Les animamos a contactar con estos centros e informarse. En caso de que no aparezca el centro de su ciudad, pregunte al personal de Enfermería.
5 Aprendiendo a cuidar para el alta
El cuidado
No siempre implica que una persona no sea autónoma. El cuidado también se da cuando acompañas a alguien a quien quieres y le proporcionas ayuda mayor o menor en cualquier actividad física, intelectual, social, emocional o espiritual. El cuidado ideal de los afectados por un ictus suele ser el que realiza la propia familia. Es común que los familiares sean los que se encarguen del cuidado; son las personas que mejor conocen al paciente y las que más interés personal van a poner en su recuperación. Sabemos que es algo difícil para ustedes, también que hay sentimientos encontrados de rabia, miedo e impotencia y a la vez pena, pero es importante que salgan adelante y que intenten aprender este cuidado cuanto antes para facilitar su vuelta a casa. Si ustedes se van a hacer cargo del cuidado, es importante que aprendan de los profesionales durante la hospitalización y que pregunten para así cuidar con mayor seguridad en casa. Consúltenos también dónde pueden encontrar información sobre el ictus.
Cuidando o siendo cuidado
Quisiéramos remarcar la importancia de la opinión del paciente también en esta situación de cuidado. Planifiquen cosas juntos y aprovechen los buenos momentos de la vida. Como verán en el apartado del Autocuidado, no nos olvidamos del familiar, que no debe sobrecargarse, ni olvidarse de él mismo en ciertos momentos.
Vida social
No permitan que el ictus cambie su vida completamente. No tengan miedo a salir a la calle. Está demostrado que una vida social activa mejora el estado psicológico del paciente y favorece la recuperación . Además a usted, cuidador, se le anima también a mantener sus contactos sociales, será una buena manera de evadirse.
No deben esconderse de los demás, ni temer encontrarse con sus amistades de siempre. Aunque la vida social es algo muy personal y casi siempre es responsabilidad de uno mismo, es posible que necesiten consejo o información en cuanto a qué vida social es la más adecuada para su caso o para buscar alternativas sociales y de cuidado. Busquen asesoramiento para sus actividades de ocio.
Consulte con su médico la posibilidad de seguir trabajando o no de acuerdo con su condición física y el tipo de trabajo que usted normalmente desempeñaba. Es posible que estén pensando, ¿cómo voy a tener vida social si no puedo dejar a mi familiar solo? O ¿cómo vamos a salir, si no tenemos ascensor? O quizá sea usted, paciente, quien prefiere no salir porque se pone nervioso… Es aquí donde hay que plantear alternativas, si no pueden salir a la calle por determinados motivos, plantéense por ejemplo, una vida social en casa, promuevan visitas, organicen actividades, hagan viajes, ejercicio… Les animamos a que ustedes mismos busquen esas alternativas a las actividades sociales que solían llevar a cabo antes, si es que ahora no pueden hacerlas. Párense a pensar qué cambios se han producido en su vida social y qué posibilidades, por muy remotas que sean, tienen de mejorarla.
Autocuidado
Hemos comentado ya la posibilidad de que el afectado por el ictus necesite de cuidados. También hemos comentado la importancia de que la familia sea quien se dedique a dar este cuidado para la recuperación del paciente. Sin embargo, no debemos olvidar la importancia del AUTOCUIDADO tanto del paciente como de quien se dedique a cuidar. Un cuidado excesivo del paciente podría limitar su iniciativa y esfuerzo para satisfacer sus propias necesidades de autocuidado. Queremos decir que hay que cuidar, apoyar y ayudar a su familiar pero debemos evitar la sobreprotección para que ellos también pongan de su parte si pueden. Y en cuanto al cuidador, hay que cuidar de uno mismo para poder cuidar de los demás. No olviden que el ictus afecta tanto al paciente como a la familia que convive con él y por eso el cuidador está en el derecho de exigir también cuidados. Busquen el apoyo familiar y acepten ayudas.