Ha llegado el buen tiempo, abrimos el armario y comenzamos a revolver hasta encontrarlo. Lo sacas del fondo del armario y sujetándolo con ambas manos lo miras un par de veces. Parece más pequeño que el año pasado. Finalmente, con un suspiro, te decides a ponértelo. Te lo pruebas y te miras al espejo: por arriba perfecto, por abajo… Las temibles cartucheras no han pasado la prueba del bikini.
El enemigo se llama celulitis. Y de él nadie está a salvo. Da lo mismo tu edad o tu constitución, es igual que estés delgada porque no tiene nada que ver con la obesidad y también puede afectarte este problema que afecta sobre todo a las mujeres. Y ¿los culpables?: los adipocitos.
El cuerpo tiende de forma habitual a almacenar grasas para casos de necesidad (por ejemplo, durante el embarazo), grasas de reserva, en algunas zonas determinadas y entre estas zonas se encuentran las nalgas y la parte superior del muslo.
La celulitis es la sobreacumulación de grasa de reserva en los tejidos adiposos, sobre todo en estas partes del cuerpo. Las células adiposas o adipocitos aumentan de tamaño, se agrupan, y comienzan a presionar sobre los vasos sanguíneos y el sistema linfático que tienen alrededor impidiendo la fluidez circulatoria, y por tanto la eliminación de toxinas. Los líquidos quedan retenidos en los tejidos grasos, mientras las fibras de colágeno, responsables de la firmeza de la piel, se deterioran.
De cara al exterior podríamos traducirlo con dos síntomas de lo más característicos, la piel de naranja y las cartucheras. La piel de naranja es ese aspecto algo rugoso que la piel adquiere a veces, casi como si tuviera pequeños hoyitos, con una textura similar a la cáscara de naranja. Las cartucheras son acumulaciones de grasa en los muslos. Pero si el problema se complica también pueden aparecer otros síntomas del mal funcionamiento de la piel, como hipotermia localizada, estrías al romperse por falta de hidratación, venitas varicosa provocadas por la mala circulación a nivel linfático y sanguíneo, y en los casos más avanzados flacidez.
Aunque el desarrollo de la celulitis es muy lento y puede suceder que transcurran años hasta su completa manifestación, una vez aparecida y si no se toman medidas oportunas llega a ser permanente, instalándose además de en los glúteos y los muslos, en los brazos, las caderas o la zona lumbar. Es un problema estético, pero no debe tomarse a la ligera, sobre todo si llega a afectar nuestro estado de ánimo, porque puede convertirse en algo más serio si no lo enfocamos de la forma adecuada.
Y para enfocar el problema deberemos examinar previamente sus causas. Pueden ser muchas, pero las últimas investigaciones apuntan en dirección a la genética y al sexo como dos de las principales causas de la aparición de la celulitis; es decir, heredamos de forma determinante el problema, fundamentalmente las mujeres. Pero además, otros factores pueden influir en que aparezca o no como la obesidad, la pubertad o el parto, el tipo de alimentación, o llevar una vida sedentaria. También tener una forma de vida desordenada, que llegue a influir en nuestros hábitos alimenticios.
Pero, si como decíamos al principio, las cartucheras no han pasado la prueba del bikini, no te preocupes: la celulitis puede combatirse y evitar que el problema se complique. Hay muchos métodos que nos pueden ayudar, hay que empezar por la alimentación y por el ejercicio.
Una vida saludable, con una alimentación equilibrada y algo de deporte realizado de forma regular es la forma más eficaz de prevenir la celulitis, y la forma más eficaz de combatirla y después cosméticos, masajes y tratamientos naturales e incluso en determinados casos quirúrgicos. Olvídate de los regímenes feroces, pueden agravar el problema, sigue nuestros consejos y no te agobies, ya verás como desaparece.
.- Este es un problema de constancia y de cambiar tus hábitos alimenticios, lo que significa que no es pasarse toda la vida a régimen, sino de controlar tu alimentación. Si tienes sobrepeso debes perderlo, pero gradualmente, no de golpe, ya que se podría empeorar el problema.
.- Procura incluir en la dieta el pan integral, pastas y cereales integrales (sobre todo la avena), frutas, todas porque son ricas en beta-caroteno, pero sobre todo la manzana y la pera, por su fibra; zanahorias, espinacas, pimientos y brócoli. Intenta evitar las grasas, los dulces, el exceso de azúcar, las bebidas gaseosas y el chocolate. También está indicado el aceite de oliva y los zumos naturales. Es básico seguir una dieta equilibrada con pocas grasas saturadas e hidratos de carbono simples (azúcar y dulces).
.- Tomar los pescados y las carnes (a ser posible blancas) a la plancha.
.- Bebe mucha agua. Los especialistas recomiendan beber entre 2 y 3 litros de agua al día, para asegurar un buen drenaje, evitar la retención de líquidos, evacuar los residuos del organismo y favorecer las funciones renales.
.- Practica algún ejercicio, pero de forma suave y constante. Te ayudará a controlar el peso, conseguirás aumentar la masa muscular de tu cuerpo y favorecerá tu circulación, y por tanto, la eliminación de toxinas del organismo.
.- Evita la ropa ajustada o excesivamente ceñida, como fajas o vaqueros apretados y cuidado con los zapatos de tacón muy alto, no benefician en nada los síntomas de la celulitis.
.- Procura no agobiarte ni estresarte, recuerda que es peor para ti en muchos sentidos, incluida la lucha contra la celulitis.
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Hola, gracias por tu articulo, nosotras empezamos un programa anticelulitis, básicamente era dieta y deporte, dependiendo del metabolismo, pues unas perdían más que otra y así, después empezamos con los masajes y cremas anticelulitis, y entonces fue cuando empezamos a notar grandes adelantos en general, para los masajes necesitas un aparato que nos recomendaron aquí https://www.masajeadorelectrico.es/masajeador-anticelulitico/ , La dieta nos ayudo a perder kilos pero no celulitis, fue cuando empezamos a darnos masajes, cuando toda la zona infectada se removía y se disolvía. Bueno un conjunto de todas las terápias.