Las varices son un problema que afecta principalmente a las mujeres. Pero detrás de una variz hay algo más que una “tara” de belleza. En efecto, la raíz del problema radica en un mal funcionamiento del sistema circulatorio que puede constituirse en grave atentado contra la salud de no actuar a tiempo.
Aunque parece existir un factor genético que determina la predisposición a padecer varices, algunas circunstancias como el embarazo, el sobrepeso, una incorrecta alimentación y el tipo de actividad habitual inciden especialmente en su aparición.
¿Qué el la variz?
La variz no es más que la inflamación crónica de una vena localizada físicamente en las zonas bajas del cuerpo (piernas en la mayoría de los casos). Se manifiesta externamente como una hinchazón de textura blanda que presenta un color verdoso oscuro, mientras la piel de alrededor está continuamente enrojecida por la tirantez que tiene que soportar.
Las varices se forman cuando el riego sanguíneo padece un funcionamiento anormal. El corazón bombea sangre oxigenada hacia todo el cuerpo a través de las arterias. El oxígeno se quema en los órganos y células produciendo la energía que necesitamos para sobrevivir. La sangre, que sigue un circuito cerrado, una vez desprovista de oxígeno, tiene que retornar al corazón para volver a ser oxigenada. El retorno se produce a través de unas canalizaciones diferentes para evitar que los dos tipos de sangre se mezclen. Estas canalizaciones de retorno son las venas.
Mientras las arterias utilizan para bombear la sangre la fuerza producida por los latidos del corazón, la sangre que circula por las venas no recibe impulso alguno sino que retorna por su propia inercia y gracias al sistema de válvulas del corazón (que permite que la sangre entre pero que no pueda salir volviendo hacia atrás).
Cuando alguna de las válvulas no funciona adecuadamente o el sistema de retorno no permite que la sangre vuelva con efectividad, ésta queda acumulada en algunas zonas determinadas del cuerpo produciéndose la variz.
Otros factores
Además del mal funcionamiento de las válvulas, existen otros factores que pueden contribuir a que el flujo sanguíneo no circule con la fluidez necesaria. Factores que podrán ser completamente externos como el uso de ropa (sobretodo medias, zapatos no adecuados o pantalones) muy ajustada, o internos como el estado nutricional del organismo. Asimismo, situaciones que implican un sobrepeso, como el embarazo, inciden negativamente en el riego de la sangre.
Aparte del problema estético que supone tener varices y de la punta de iceberg que éstas representan al revelar un problema circulatorio, la variz es, en sí misma, una patología que puede traer graves consecuencias. La vena aunque se dilata bastante (ésto es físicamente la variz) puede no llegar a soportar la presión de la sangre acumulada. Otra de las complicaciones es la formación de “coágulos” que pueden producir una embolia, provocándose un colapso y, con él, el sistema circulatorio entero quedaría detenido dañando gravemente las partes del cuerpo que, aún por escasos minutos, no hayan recibido la sangre que precisan para sobrevivir.
El especialista determinará la gravedad y posibles consecuencias de las varices, siendo necesaria la prescripción de una intervención quirúrgica en algunos casos. Sin embargo, con una alimentación adecuada podemos prevenir, en mucha medida, su aparición o mejorar su estado en caso que ya hayan aparecido.
Los consejos asociados a la prevención o mejora de un problema de varices son, entre otros:
- Eliminar, en la medida de lo posible, el sobrepeso.
- Evitar el estreñimiento.
- Intentar no pasar demasiado tiempo sentado (sobretodo con las piernas cruzadas) o de pie. Lo más recomendable es caminar, andar en bicicleta, realizar ejercicios de piernas y, cuando hay que estar mucho tiempo sentado, evitar cruzar las piernas largos ratos y, si es posible, mantenerlas en alto. También mejora la circulación dormir con un cojín o similar bajo las piernas.
- No llevar ropa demasiado ajustada, principalmente medias cortas, ligas, botas y evitar los tacones altos.
- Evitar los baños muy calientes y pasar demasiado tiempo en la sauna. Se recomienda alternar en la ducha chorros de agua fría y caliente aplicados directamente a las piernas.
La nutrición es fundamental para mantener en buen estado el sistema circulatorio y, por consiguiente, prevenir las varices. Los alimentos recomendados son:
- Los cítricos como fuente de vitamina C y de bioflavonoides. La vitamina C es necesaria para sintetizar en los procesos metabólicos el colágeno y la elastina. Estos tejidos están presentes en las paredes de las venas al igual que los bioflavonoides, fortaleciéndolas.
- El agua que actúa como diurético evitando la retención excesiva de líquidos. Se recomienda tomar dos litros de agua al día (proveniente de alimentos y líquidos).
- Espárragos, sandías y melones tienen también propiedades diuréticas.
- La fruta, la verdura y los productos integrales como proveedores de fibra. La fibra colabora en los procesos intestinales y evita el estreñimiento.
- Las legumbres son también alimentos ricos en fibra.
Como siempre, los alimentos no recomendados son los carbohidratos refinados (pasteles y bollos industriales, por ejemplo) y las grasas saturadas, se recomienda también no abusar de la sal ya que favorece la retención de líquidos provocando hinchazón en las piernas, ni del alcohol.
Directorios de proveedores y profesionales de Belleza y Centros de Estética: CLIC AQUÍ y selecciona tu país y provincia
Trucos de Belleza: CLIC AQUÍ
Artículos y Consejos de Belleza: CLIC AQUÍ