Frente a las diferentes experiencias que se presentan a lo largo de la vida, las personas requerimos poner un marcha una serie de procesos de adaptación precisando la ayuda de recursos externos, como la ayuda de las personas que nos rodean.

En nuestra relación con el medio las personas mantenemos intercambios con otras personas formando, lo que se denomina redes sociales, o redes de apoyo social naturales. El hecho de contar con estas redes tiene un impacto positivo en nuestra calidad de vida. Una parte esencial de las redes, como se ha comentado antes, son los intercambios entre las personas, estos pueden ser materiales, de servicios, emocionales, etc.

Redes sociales informales, pueden ser la familia, grupo de amigos, de compañeros de trabajo, vecinos, etc. En las redes formales, se establecen con el propósito específico de dar apoyo, y sus miembros cumplen papeles específicos. Estos pueden ser parte de por ejemplo, centros de salud, programas gubernamentales, ONGs, iglesia…

Las mujeres a lo largo de la historia hemos sido mantenedoras de muchas de las redes sociales naturales, hemos mantenido a flote, la red social que constituye la familia, hemos formado parte de las redes sociales vecinales, hemos apoyado a nuestras iguales emocionalmente y también en el préstamo de servicios, hemos sido las mujeres, las que nos hemos ocupado de hacer la compra para una vecina o vecino que se encuentra enferma o enfermo, las que hemos cuidado a los hijos de nuestros familiares o vecinos cuando ellos no podían, las que hemos cuidado de nuestros parientes enfermos, etc. Todo esto se ha visto, por supuesto, afectado después de nuestra incorporación al mercado de trabajo. Aún así podemos decir que tenemos mucha experiencia en la participación y mantenimiento de redes sociales de apoyo.

Las redes de apoyo social son un elemento de protección para determinadas situaciones delicadas en las vida de algunas mujeres, como por ejemplo los casos de violencia familiar.

Algunos estudios demuestran como las mujeres en situación de maltrato tienen más posibilidades de salir de esa situación si cuentan con una red de apoyo social, ya que esta les permite sobrellevar el cambio con más recursos, emocionales, materiales, etc. La importancia de contar con redes formales e informales para buscar ayuda, atender lesiones, o emprender acciones legales ha sido señalada por varios estudios como factor protector para las mujeres que se encuentran en esta situación.

Estos estudios demuestran que las mujeres que inician una búsqueda de ayuda para resolver un problema de maltrato, acuden generalmente a personas cercanas pertenecientes a su red social, como amigas, vecinas, hermanas e hijos.
Diversas investigaciones han mostrado cómo la integración social y las relaciones sociales pueden lograr un efecto positivo sobre la salud de mujeres mayores. La red social puede ser un factor de protección frente a la pérdida de funcionalidad que puede provocar la edad y frente a la depresión, sentimientos de soledad…Las mujeres mayores tienen el doble de probabilidades de tener depresión que los hombres de la misma edad. Pero las redes de apoyo social, constituyen un factor de protección que reduce significativamente esta probabilidad.