Belleza: Reglas de oro para la aplicación de la base del maquillaje
Reglas
1. Elige el tono
que armonice con lo claro u oscuro de tu
cutis
Y, dentro de esta gama, los que se adapten
mejor al matiz de fondo de tu piel, que
puede ser más bien rosada o tirando
a amarilla.
Para ello, aplica tres o cuatro tonos que
te parezcan los mejores a lo largo de la
línea de tu mandíbula y escoger
el que parezca haber desaparecido porque
se ha difundido con la piel.
“Se debe utilizar siempre tanto fondo
de maquillaje como polvos en tonos amarillos.
La razón estriba en que el 90% de
las mujeres tienen un cutis que tiende hacia
el amarillo y no hacia el rosa, como se
cree. Si la base no es del mismo color que
la propia piel, el efecto no es natural”.
2. Maquíllate
con la luz adecuada.
Es fundamental para que el resultado sea
favorecedor.
La luz mejor para pintarse es aquella con
la que después de pintarte te van
a ver los demás. Es decir, “si
te maquillas para salir de día, la
natural es perfecta, pero si vas a salir
por la noche… elige la blanca de una bombilla”.
3. Aplica poca cantidad
extendiendo bien y mezclando.
El objetivo es depositarlo sobre la piel,
no arrastrarlo por ella. Si mueves la esponjita
haciendo rayas, a la vez que lo aplicas
en una zona, te lo llevas de la anterior.
Mejor hazlo a suaves golpecitos y solo arrastra
un poco al llegar a la linea del pelo, la
mandíbula y en los contornos de nariz
y ojos.
El objetivo fundamentel
de la base de maquillaje es iluminar, favorecer,
mejorar la piel de una forma natural, sin
que se vean los productos, que la piel refleje
salud.
Errores
que se cometen en el la base de maquillaje.
1. Elegir mal el
tono
Las mujeres queremos estar morenas todo
el año y nos gustan las bases de
maquillaje oscuras. Pero esto, lejos de
favorecer, es una de las peores cosas que
puedes hacer al pintarte.
Todos los maquilladores están de
acuerdo: la base debe tener el color más
parecido posible al de tu propia piel. Para
encontrarlo aplica tres o cuatro tonos que
te parezcan los mejores a lo largo de la
línea de tu mandíbula y escoge
el que parezca haber desaparecido fundido
con tu piel.
Usar una base con un color inadecuado y
demasiado espesa es la mejor forma de echarse
años encima y parecer maquillada
como para interpretar una ópera.
Hay que usar bases ligeras y hacer pruebas
con el color, el que mejor se funda con
el tono de tu piel es el más idóneo.
A medida que te hagas mayor, debes aclarar
el color de tu tez. Tengo un lema: un tono
menos, diez años menos. Pero a veces
los colores claros pueden tener un matiz
apagado e insulso. Para elegir un fondo
de tez del color más parecido al
de tu propia piel, toma como referencia
el interior de tu muñeca. En todo
caso puedes elegir un tono más claro,
pero nunca más oscuro.
Es un error intentar corregir el tono de
la piel con el maquillaje, ya que el único
que favorece es el que no se distingue de
la propia piel. Aunque te parezca que tu
piel tiende demasiado a rosa o a amarillo,
el maquillaje debe ser también así
si pretendes un resultado natural y favorecedor.
2. Arrastrar la esponja
o frotar demasiado fuerte
Otro de los errores más frecuentes
es arrastrar la esponja o frotar con demasiada
energía. Para que el maquillaje quede
bonito y natural, se trata de que se funda
con la piel. Si te decides por la esponja,
no la arrastres para no levantar el producto,
sino que úsala dando golpecitos.
Y con los dedos pasa lo mismo, no vas a
mezclar mejor el maquillaje por frotar la
cara. Intenta ser lo más delicada
posible.
3. Utilizar luz inadecuada
Si te maquillas en un cuarto de baño
bajo un tubo de neón, lo más
probable es que salgas a la calle y al mirarte
en el espejo retrovisor te des cuenta de
que llevas encima más pintura que
un coche. La luz fría y azulada fluorescente
se come el color, por lo que tendemos a
añadir más maquillaje.
Por tanto, te aconsejamos maquillarte cerca
de una ventana frente a un espejo de tocador
o, si esto no es posible, con uno de mano.
Si no tienes más remedio que maquillarte
con luz artificial, comprueba luego el resultado
a la luz del día y difumina.
La luz mejor para pintarse es aquella con
la que después de pintarte te van
a ver los demás. Es decir, “si
te maquillas para salir de día, la
natural es perfecta, pero si vas a salir
por la noche… elige la blanca de una bombilla”.
No te compliques, la mejor luz es la blanca,
opaca y suave de una simple bombilla.
Cómo aplicar
la base de maquillaje.
La base de maquillaje es uno de los cosméticos
que más contribuyen a tu buen aspecto.
Es como el lienzo sobre el que pintar, además
cubre imperfecciones, proporcionando un
acabado liso y aterciopelado y ¡la
protege frente al medio ambiente!
Por eso es un error pensar que darse maquillaje
de fondo a diario es malo. Todo lo contrario.
Es decir, si te aplicas polvos o colorete
directamente sobre la crema hidratante,
tu piel quedará a manchas y sólo
conseguirás darte un aspecto descuidado.
4. Dejar una marca
visible en la barbilla y el cuello
A veces levantas la barbilla y te das cuenta
de que hay una línea de demarcación
a lo largo de la mandíbula; este
descuido puede echar por tierra todos tus
esfuerzos… La diferencia de color entre
la cara y el cuello puede tener dos causas:
no haber escogido una base del mismo tono
que la piel o no difuminar lo suficiente.
Para evitar rayas y este tipo de demarcaciones
es necesario difuminar perfectamente con
una esponja, prestando especial atención
a determinadas zonas: nacimiento del pelo,
debajo y alrededor de la nariz, orejas y
mandíbula. Recuerda que no debes
maquillarte el cuello, pero puedes pasar
por él la esponja o los dedos con
lo que queda de producto.
Lo que nunca se debe hacer dejar que el
maquillaje se note, que se corte en el cuello.
5. Equivocarse y
poner más para intentar corregir
Cuando veas que te has maquillado fatal
y que tiene difícil arreglo, lo ideal
es volver a empezar; recuerda el dicho:
“vísteme despacio que tengo
prisa…”
Al final vas a ganar más tiempo si
te lavas la cara y vuelves a empezar pero
sero si realmente no tienes tiempo, lo mejor
es retirar el exceso con un pañuelo
de papel, especialmente en al zona de mofletes
y mentón que es donde más
se nota. Después matiza con polvos
sueltos transparentes.
6. Utilizar una cantidad
excesiva de producto
No utilices el maquillaje como camuflaje
aplicando demasiada cantidad.
El error más común que cometen
las mujeres cuando se maquillan está
en la aplicación excesiva de la base
de maquilaje.
La piel necesita respirar y no se debe ahogar
bajo las capas de maquillaje. Sólo
debemos utilizarla para cubrir alguna mancha
y esconder la aparición de brillos.
7. No preparar la
piel bien.
La base adecuada.
Según el resultado que quieras obtener,
hay diferentes formas de aplicar la base
de maquillaje.
– Para un resultado totalmente natural,
utiliza los dedos.
– Si quieres una cobertura media, lo mejor
es ayudarse de la esponja para poder aplicar
más producto en algunas zonas a base
de golpecitos.
– Cuando desees una cobertura total, ayúdate
de un pincel.
La
base de la base
1º Tener una piel perfecta, que solo
se consigue con un cuidado diario: dieta
sana, mucha agua, adiós al tabaco
y al alcohol y protección contra
el sol.
2º Que esa piel pefecta esté
completamente limpia. Antes de maquillarse,
usar un limipador suave que no deje la piel
tirante, que el rostro parezca relajado.
3º Aplica una hidratante muy ligera,
que no sea excesivamente nutritiva ni densa.
4º Buscar la luz directa para que no
te hagas sombra, pon el espejo a suficiente
distancia para ver dónde están
las zonas oscuras (normalmente, alrededor
de los ojos, de la boca y de la nariz).
5º Métete en la cabeza que hay
que dar la base poco a poco, en pocas cantidades
y mezclarlo siempre a golpecitos, hasta
que desparece. Para zonas delicadas como
el contorno de ojos, usa la yema del dedo
anular, ya que es el más suave de
todas (porque la usas menos).