Mitos acerca de la salud del bebé
Los mitos acerca de la salud del bebé son una mezcla de tradiciones y chismes sensacionalistas.”Lo mejor para destetar al bebé es la sopa de ajo”.”Si se le hacen cosquillas en los pies se volverá tartamudo”.”A los gatos les gusta acostarse sobre la cara de los bebés”, se decía.
En algunos casos podemos sospechar el origen del mito. El consejo del destete con sopa de ajo datará, seguramente de los tiempos en que los chicos mamaban hasta los dos tres años, mientras que la visión de un gato ahogando a un bebé sólo puede deberse a la muerte por causas desconocidas al tiempo que un felino rondaba por ahí. En cuanto a las cosquillas, las plantas de los pies son tan sensibles que un estímulo fuerte en la zona influye sobre todo el cuerpo aunque, por supuesto, el niño no se volverá tartamudo.
Los padres no deberían avergonzarse de comentar con el médico si los hace dudar algún mito extraño.
A continuación te mostraremos algunos de los mitos más utilizados esperamos que te sirvan para no hacerles tanto caso y no preocuparte demás.
LLORAR ENSANCHA LOS PULMONES
FALSO: No existe ninguna relación entre el llanto y la maduración de los pulmones. Un bebé que llora lo hace siempre por algo: por que tiene hambre, calor o frío, por que se encuentra solo o por que necesita compañía. Debemos tener en cuenta que el llanto es una de las pocas maneras que los bebés tienen para comunicarse con el mundo exterior. Las causas psíquicas no son tan visibles como las físicas, pero por ello no menos importantes. Si los padres los dejasen llorar, el bebé no comprendería por que nadie acude en su ayuda. El pequeño debe tener en todo momento la sensación de que las personas de su entorno lo quieren y lo protegen; en una palabra, de que el mundo es bueno.
SI TIENE LOS PIES GRANDES, SERÁ ALTO
DEPENDE: Es posible que el bebé que tenga los pies y las manos grandes se convierta en un adulto alto. Sin embargo, lo realmente determinante para la estatura son los genes. Al terminar la pubertad, el crecimiento habrá concluido y entonces se habrá concluido y entonces se sabrá con certeza su altura.
CORTAR EL PELO A MENUDO LO VUELVE MÁS FUERTE
FALSO: Si después del corte el pelo parece más fuerte, es por que ahora faltan las puntas finas que le daban un aspecto más frágil. Los recién nacidos pierden casi todo el cabello con el que nacen, cambiándolo por una pelusita. No tiene sentido cortarles el pelo antes de los seis meses.
PARA APRENDER A CAMINAR, NECESITAN ZAPATOS QUE LES SUJETEN EL PIE
FALSO: Ocurre justamente al revés: para fortalecer los músculos, los tendones y las articulaciones que se necesitan para caminar, el bebé debe tener la oportunidad de caminar descalzo, tanto en casa como en zonas de pasto o arena. Los zapatos solo sirven para proteger los pies contra la suciedad, el frío y los demás peligros.
NO DEBEN SALIR HASTA QUE TENGAN 15 DÍAS DE EDAD
FALSO: Es muy posible que este mito se deba al deseo de preservar al recién nacido, aún frágil, de contraer alguna enfermedad. Naturalmente no se lo debe exponer al contacto con una persona afectada por una grave enfermedad infecciosa, pero esto no tiene nada que ver con el aire libre. Incluso resulta más probable que estos enfermos estén más en casa que en la calle. Para saber si se puede salir o no con el bebé, solo hace falta usar sentido común. En verano se evitarán las horas de más calor, prefiriendo el fresco de la mañana. En invierno no se saldrá justo cuando cae una helada. El frío en sí no produce ni resfríos ni otras enfermedades. Estando el bebé convenientemente vestido, las temperaturas normales en nuestra latitud no influyen sobre su salud.
CUANDO ESTORNUDAN ESTÁN RESFRIADOS
DEPENDE: Tanto los estornudos como la tos son mecanismos para limpiar las vías respiratorias. Al contrario de los adultos, los bebés no pueden ni sonarse la nariz ni carraspera para aclararse la garganta. Por eso, se liberan de las secreciones que se acumulan en sus vía respiratorias mediante toses y estornudos. Es decir, no se trata de una señal de enfermedad sino precisamente de salud, un sabio truco de la naturaleza para proteger al bebé. Por otro lado, los chicos, naturalmente, también estornudan cuando están resfriados pero, además, presentan otros síntomas adicionales, como fiebre y malestar.
A LOS GATOS LES GUSTA PONERSE SOBRE LA CARA DEL BEBÉ
PROBABLEMENTE FALSO: No sabemos a qué se debe este mito acerca de los gatos pero por precaución, no conviene dejar al bebé a solas con ningún animal, por muy bueno que éste sea con la familia.
EL AZÚCAR QUITA EL HIPO
FALSO: Muchos bebés tienen hipo a menudo, debido a la inmadurez de su sistema neurológico. No tiene ninguna importancia; casi se podría decir que el pequeño está acostumbrado, pues ya lo ha experimentado en el vientre materno. Se trata de un movimiento involuntario e intermitente del diafragma. Darle al bebé un poquito de azúcar posiblemente les guste, por el sabor dulce pero el hipo seguirá igual. Tampoco es aconsejable administrarle agua, ni mucho menos proporcionarle un susto o probar alguna otra de las medidas que suelen aconsejar a la gente adulta. Es mejor dejarlo tranquilo, el hipo del bebé se irá por sí solo.
LA FORMA DEL OMBLIGO DEPENDE DE CÓMO HAN CORTADO EL CORDÓN
FALSO: El ombligo del bebé puede ser prominente (hacia fuera) o retraído(hacia adentro). Muchos padres creen que la forma del ombligo se debe a la manera de cortar el cordón o, mejor dicho, de pinzar o anudar los extremos antes de realizar el corte. En realidad, el muñón que permanece después del corte se va secando hasta que se cae. Si lo que queda es un “botón” o un “agujerito”, depende de la herencia genética. Querer cambiarlo no tiene ningún sentido.
AL NACER AÚN NO VEN
FALSO: ¡Claro que ya ven¡ Apenas llegados al mundo premian a su madre con una larga y profunda mirada. Se sabe que los recién nacidos ven mejor a una distancia entre 15 y 30 Centímetros, por eso, todos los adultos –no solo las madres- que hablan con un bebé de pocas semanas se acercan instintivamente a él, inclinándose sobre la cuna. A medida que el chico crezca, su se va ampliando cada vez más, de manera que al medio año ya ve a la perfección los objetos que se encuentran a una distancia de entre tres y cuatro metros. Al año ve prácticamente igual que un adulto. El bebé distingue también los colores, prefiriendo durante los primeros meses los contrastes fuertes y los tonos contundentes. Así observará durante más tiempo un globo rojo que otro gris y se interesará más por un estampado fuerte que por un trozo de tela con florecitas suaves.
SI SE LES LIMPIA LA BABA, SE IRRITA LA COLITA
FALSO: Un mito de origen “misterioso”, pero que aún se oye de vez en cuando en de alguna abuela. La colita del bebé se puede irritar por haber estado demasiado tiempo sin cambiarle los pañales, por ciertos alimentos que haya ingerido la madre, como frutillas o naranjas (por supuesto, sólo se le da de mamar), o por tener una piel especialmente sensible. La baba no tiene nada que ver.
DURANTE LOS PRIMEROS MESES, NO SE LES DEBE CORTAR LAS UÑAS
FALSO: Seguramente se trata de un consejo de precaución, para no dañar al bebé., pero puesto que las uñas de las manos ya pueden ser bastante largas, muchos chicos se rascan con ellas la cara. Para cortarlas, se deben usar tijeras romas y aprovechar un momento en que el pequeño esté tranquilo o durmiendo.
AGREGANDO CEREALES AL ÚLTIMO BIBERÓN, DORMIRÁN MEJOR
DEPENDE: También puede tener el efecto contrario y el pequeño, con la barriga llena de gases, se despierte aún más a menudo. Es comprensible que una madre o un padre que no puede dormir ninguna noche de un tirón se agarre al primer consejo que le prometa un poquito de descanso. De ahí que el mito de que el bebé duerme mejor con el estómago lleno pertenezca a los más difíciles de erradicar.
CUANTO MÁS PRONTO LES SALGAN LOS DIENTES, SERÁN MÁS INTELIGENTES
FALSO: Los dientes de leche salen cuando deben hacerlo, con un amplio margen que difiere de un niño a otro. Algunos incluso ya nacen con algún diente en la boca, sin que por ello su ritmo de desarrollo intelectual fuese más acelerado. La inteligencia que alcanzará el bebé cuando sea grande depende de los genes que haya heredado de sus padres y abuelos, y de los estímulos que le ofrezcan las personas de su entorno.