BEBÉS: EL LENGUAJE. COMUNICACIÓN VERBAL DEL NIÑO
Durante el segundo año se producen en la vida del niño dos cambios fundamentales: aprende a andar y aprende a expresarse de forma comprensible.
Precisamente son las dos características principales del género humano:
* La posición erecta para caminar, que permite una visión más completa del mundo.
* El lenguaje, que favorece la comunicación y el desarrollo de la cultura.
Para los padres, el segundo año resulta un poco cansado debido a que deben prestar mucha atención al niño que despliega una gran actividad. Sin embargo, también es una etapa apasionante en que el bebé desarrolla muchas relaciones sociales y afianza su autonomía.
La comunicación verbal
Uno de los grandes logros del niño en su segundo año de vida es el desarrollo del lenguaje. El niño entiende casi todo y aprende a expresarse de forma comprensible, utilizando cada vez un mayor número de palabras.
Al final de este segundo año, la mayoría de los niños utiliza entre 20 y 50 palabras, aunque puede haber grandes diferencias de un niño a otro. Algunos niños pueden incluso tener un vocabulario mucho más extenso de hasta 200 palabras.
En este periodo empiezan también a expresar ideas mediante frases sencillas: “quiero agua”,”a comer”,… Por lo general, las primeras palabras que pronuncia el bebé son para nombrar a sus padres, hermanos, objetos cercanos o la comida.
Algunos niños pronuncian correctamente casi desde el principio, mientras que otros utilizan un lenguaje especial que suele llamarse “jerga infantil” o “babytalk”. Es frecuente que sólo las personas más próximas al niño (por lo general la madre) le entiendan, pues puede:
Omitir sílabas (vión por “avión”,)
Cambiar consonantes (tata por “caca”)
Utilizar una misma palabra con varios significados: (papa puede significar a la vez “papá”, “papilla o comida” , “tápame con la manta” o “péiname para ponerme guapa”)
Estimular sus ganas de hablar
Si desde un principio se le proporciona al niño un modelo lingüístico apropiado, éste aprenderá a hablar correctamente. Los padres pueden ayudar a enriquecer el vocabulario de su hijo si:
Le hablan mucho, despacio y con claridad, utilizando frases sencillas.
Evitan los diminutivos y la “jerga” que utiliza el propio niño (se pueden “traducir” sus expresiones en frases sencillas).
Nombran los objetos cotidianos: la ropa, las personas, las acciones, los detalles. Todo esto irá quedando en la memoria del bebé y aprenderá a utilizarlos de forma correcta. Cuánto más se le repitan las palabras de uso cotidiano, mejor las pronunciará.
Animan a su hijo cada vez que aprende algo nuevo.
Le leen cuentos todos los días.
FUENTE: http://www.elbebe.com