Cuando la incomunicación se ha establecido ya en la pareja, la pasión ha desaparecido y el deseo se ha desvanecido casi por completo, pero aún os queréis lo suficiente como para querer arreglar las cosas, la comunicación y la sinceridad constituyen el paso fundamental.

Algunas personas intentan solucionar este problema en la cama, pensando que si vuelven a a mantener relaciones íntimas con frecuencia, todo se arreglará, pero es más probable que suceda todo lo contrario o que surjan disfunciones debido a que los problemas sin resolver y el distanciamiento emocional van a frustrar el encuentro.

Si ha habido un alejamiento entre vosotros y se ha perdido la intimidad emocional que hubo en un principio, entonces las relaciones íntimas serán un recordatorio de lo que habéis perdido y es probable que generen tristeza y sensación de soledad.

Por eso es importante que, antes de volver a mantener relaciones, primero recuperéis la intimidad emocional. Un periodo de abstinencia puede venir bien a estas parejas.

Lo que podéis hacer, en cambio, durante este periodo, es lo siguiente:

– Expón abiertamente lo que te molesta de tu pareja, en qué te gustaría que cambiara ella o él y la relación.

Utiliza frases que empiecen por “yo”, como: “Me siento rechazado/a cuando haces esto” en vez de frases que empiecen por “tú”, como “eres un/a egoísta”, ya que en este último caso puede ser interpretado como un ataque o insulto. Al exponer lo que te pasa céntrate sobre todo en tus sentimientos. En vez de decir simplemente: “Te fuiste sin decir nada”, es preferible decir: “Cuando te fuiste sin decirme nada me sentí dolido/a y pensé que parece que no te importo en absoluto”.

– Haced actividades que impliquen intimidad y contacto físico, pero que no tengan el sexo como objetivo.

Por ejemplo, daros masajes, bañaros o ducharos juntos, daros abrazos, etc.

– Planead juntos actividades de ocio y diversión.

Elegid aquellas que os gusten a ambos y que no vayan a ser motivo de discusión.