HOMBRE: REPRESIÓN EMOCIONAL EN LOS HOMBRES
Ser varón o mujer, masculino o femenino son conductas aprendidas e impuestas por la cultura. Somos producto de la cultura que internalizada en cada uno de nosotros define al varón como masculino y a la mujer como femenina, además la cultura patriarcal tradicional predetermina que la mujer tiene que estar subordinada al varón.
El rol tradicional de los varones conlleva una serie de mandatos sociales, lo cual supone tratar continuamente de ser valiente, competitivo, egoísta, arriesgado, exitoso, fuerte física y emocionalmente, potente, deseado, conquistados, sabelotodo, heterosexual, dominante…Aunque debemos tener en cuenta que estos aspectos están evolucionando hacia una nueva forma de vivir la masculinidad, mucho más sana para los hombres y para las mujeres.
Centrándonos en el aspecto de la dureza emocional del concepto tradicional de masculinidad, la creencia de que “los hombres no lloran” sigue todavía vigente, siendo algo que sigue haciendo mella en el bienestar emocional de muchos hombres, y consecuentemente de las personas que les rodean. Los hombres aprenden a suprimir sus expresiones emocionales, tal que es el caso de muchos hombres que no son capaces de tener experiencias interpersonales satisfactorias debido a esta represión emocional. Según esta visión, dejarse llevar por los sentimientos no corresponde con ser masculino y se considera un signo de debilidad.
Las emociones forman parte del ser humano, son intrínsecas a nuestra condición de personas, y el hecho de reprimirlas continuamente, de no buscar la ayuda de las personas de alrededor, o simplemente compartir el dolor, tiene graves consecuencias en la salud, tanto psíquica como física, ya que los sentimientos no pueden desaparecer, podemos empujarlos al subconsciente, pero cada vez necesitaremos más energía para mantenerlos reprimidos.
A la larga manejar o reprimir los sentimientos de esta manera tiene efectos sobre la autoestima de los hombres, ya que para poder respetarse a uno mismo en conjunto es imprescindible respetar las emociones que todos sentimos, y el hecho de negarlos, hace que surjan cuando menos lo esperan y teniendo más probabilidades a largo plazo de sufrir trastornos como depresión o ansiedad. Además las dolencias psicosomáticas tienen la puerta abierta en estas situaciones; la tensión que no se expresa, se acumula en el cuerpo físico dando lugar a alteraciones como enfermedades coronarias, mayor probabilidad de sufrir determinados cánceres, trastornos del sistema inmunológico, etc.
Generalmente la ira es una de las pocas maneras de expresar emociones en los hombres y la ira y la agresividad suponen herramientas poco útiles para el desarrollo personal, de hecho están relacionadas con los fenómenos de violencia de género, debido en parte, a la falta de estrategias de comunicación emocional, en muchos casos los hombres carecen de estrategias emocionales y de afrontamiento que les ayude a pasar por los momentos duros de la vida, y escogen las estrategias que han aprendido, la ira y la agresividad.
Para conseguir una sociedad más igualitaria y con ciudadanos plenos y desarrollados, es importante que los hombres insistan en el trabajo de educarse emocionalmente de tal manera, que se puedan superar las barreras emocionales impuestas por la sociedad patriarcal.