Por lo general las mujeres hacemos un uso más intenso de la ciudad, además solemos hacer un uso diferente al que hacen los hombres.

Las mujeres somos mayores usuarias de la calle, del barrio, del pueblo o de la cuidad donde nos encontramos, sobre todo hacemos mayor uso de nuestro entorno inmediato. En este entorno se producen la mayoría de las actividades que realizamos a lo largo del día.

La carta Europea de la Mujer en la Ciudad, pone de manifiesto que “el marco de la vida en la ciudad (en el entorno inmediato) determina la realidad cotidiana de sus habitantes, ya sean hombres o mujeres, pero especialmente de las últimas, ya que muchas tienen doble jornada de trabajo y dependen más de la calidad de los servicios urbanos como el transporte público, ya que somos las mujeres las que en mayor medida utilizamos el transporte público. Así pues, la degradación de la ciudad, con su fuerte incremento de espacio viario, desaparición de zonas peatonales, de zonas verdes, de pequeños comercios que dejan paso a los centros comerciales, etc. hace que las mujeres sean en mayor medida las que la sufren, como mayoritarias usuarias de ésta.

Se ha llegado a considerar, por ejemplo, los centros comerciales como representativos del nuevo urbanismo en las ciudades, sin tener en cuenta, los inconvenientes que estos generan a las personas, como los desplazamientos masivos a ellos, para realizar las labores de compra, además de considerarnos como simples consumidores, y no como ciudadanos que necesitan de las redes sociales que se establecen en el entorno inmediato para sobrellevar de mejor manera nuestro día a día.

Otro factor que influye sobre la calidad de vida, sobre todo de las amas de casa, es la nueva configuración del extrarradio de las ciudades, configurado en urbanizaciones residenciales, donde la ausencia de equipamientos, comercios, y actividades, lleva a estas mujeres a encontrarse solas y dependientes de sus maridos, ya que tienen sus movimientos limitados, por la falta de buena comunicación, de transportes y sobre todo por la falta de pequeños comercios siendo, estos, sustituidos por grandes centros comerciales que no facilitan la interacción entre los vecinos.

Estos y otros factores hacen que los nuevos espacios de las ciudades se conviertan en lugares donde la comunicación se hace cada vez más difícil, lo que hace que muchas mujeres, amas de casa, se sientan cada vez más aisladas.