UA

El iris de nuestros ojos es un libro abierto para los iridólogos.

 

La iridología es un sistema de diagnóstico, que permite identificar el historial de enfermedades de una persona y sus problemas futuros, a través de un análisis exhaustivo de los ojos.

El ojo es la ventana del organismo hacia el mundo, el receptor de emociones y sensaciones más sofisticado de nuestro cuerpo. En el iris, membrana coloreada y atravesada por un orificio que es la pupila, se puede observar el equilibrio corporal y fisiológico de un individuo. “Dime cómo miras y te diré de qué padeces” bien podría ser el eslogan del iridodiagnóstico.

iris-iridiologia

El iris es para esta técnica de diagnóstico una especie de mapa donde están representadas todas las partes y órganos del cuerpo. En él, no sólo puede leerse el estado actual de un organismo, sino todo su historial patológico desde que se inició su existencia con alguna tara hereditaria, hasta su muy probable trayectoria futura.

Este método que se incorpora al arsenal diagnóstico se basa en el axioma de que “el todo está en la parte y la parte está en el todo”, una máxima presente en muchas terapias naturales como la reflexología y la auriculoterapia, así como en el ADN y el código genético.

El avance tecnológico ha venido a sumarse a sus logros a través de las lupas microscópicas, las transparencias fotográficas, las microfotografías o los estudios documentales fotográficos sobre sectores.

Historia antigua

Determinar el estado de salud de las personas a través del aspecto de sus ojos es una técnica que hunde sus raíces en la noche de los tiempos. Los caldeos ya la practicaban unos 1000 años a.c, basándose en principios astrológicos aún más antiguos.

Sin embargo, el descubrimiento de la iridología tal y como hoy la conocemos se atribuye a Ignaz Von Péckzely, nacido cerca de Budapest el 26 de enero de 1826. Cuenta el médico húngaro que cuando era niño entró un búho en su habitación y al tratar de atraparlo, se le partió una pata.

En ese mismo instante el muchacho observó que en el iris del animal apareció una señal. Aquel accidente marcó su vida y tras muchos estudios pública en 1886 la primera carta irídica, similar a la que hoy utilizan los iridólogos, en la revista Homeopatische Monatsblätter.

Años después, el reverendo sueco Nils Liljequist observa que tras ingerir quinina por consejo de su médico sus iris toman un color rojizo, hecho que le llevó a realizar investigaciones en torno a la coloración del iris y a publicar en 1893 un tratado sobre lo que hoy se denominan heterocromías del iris. Entre los naturópatas alemanes destaca el abad Felke, quien solía decir: “El iris nos dicta las recetas”.

Importación de América

A principios del siglo XX, concretamente en la década de los años 20, los norteamericanos inician una Iridología práctica, alejada del cientifismo pero con excelentes resultados. Entre ellos brilla con luz propia el prestigioso iridólogo Bernard Jensen, doctor en Quiropráxia y el autor que más libros ha publicado sobre el tema.

A él se debe el establecimiento de la correspondencia entre muchos puntos del iris y los distintos órganos del cuerpo, una carta irídica que marca la pauta hasta nuestros días en el iridodiagnóstico. Su obra cumbre se llama Iridology, una auténtica Biblia en la materia donde recoge numerosos casos clínicos e innumerables fotografías. Sus últimas experiencias con cámaras modernas, así como el empleo del vídeo y la informática en este campo, le convierten en pionero de la aplicación de nuevas tecnología en Iridología.

En la actualidad está retirado de la práctica clínica y se dedica a difundir este método de diagnóstico por el iris a través de charlas, cursillos y seminarios que imparte en todo el mundo.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA