Preocupados por la Báscula
Suena el despertador. Nos levantamos. Vamos al cuarto de baño. Y nos subimos a la báscula. Así comienza el día para muchos jóvenes del planeta.
Su preocupación por el peso y la apariencia física llega a límites insospechados. Y puede convertirse en una enfermedad psicológica y física muy grave, llegando a producir la muerte en caso de anorexia o bulimia.
El físico es fundamental en la sociedad actual.
Todo aquel que tiene éxito muestra un aspecto inmejorable. Para conseguirlo, mucho ejercicio, poca comida y subir a la báscula cada poco para controlar el peso. Aunque también hay personas que se despreocupan totalmente por su aspecto y caen en las tentaciones de la vida sedentaria.
Juan Pedro López Siguero es médico especialista en Endocrinología Pediátrica del Hospital Materno Infantil de Málaga (España). Durante un curso de Endocrinología del Adolescente, Siguero anunció que entre el 15 y el 20% de los españoles de entre 14 y 20 años muestra “una preocupación excesiva y anormal” por la pérdida de peso.
Esta es una de las principales razones por las que los jóvenes de esta edad se consideran “población de riesgo” para trastornos alimentarios, como la anorexia o la bulimia.
En los últimos años se ha registrado “un notable incremento de las conductas de riesgo” en niños, adolescentes y adultos jóvenes que pueden provocar “una alteración en su comportamiento alimentario”, añadió Siguero.
El especialista aconseja a la familia que “tenga presente las medidas preventivas. La familia puede detectar precozmente la enfermedad y, entonces, avisar al médico de cabecera”.
El sobrepeso de niños y adolescentes también es un tema que preocupa a los endocrinos, aunque los índices de obesidad en España no alcanzan los de Estados Unidos. Actualmente, el 20% de los menores de 14 años es obeso, cifra que se ha triplicado en relación con los datos de otros años.
La causa del aumento del sobrepeso infantil es, según Siguero, “la falta total de ejercicio y el sedentarismo” de las nuevas actividades de ocio y juego de los niños y jóvenes, como ver la tele o los videojuegos.
También criticó la “comida rápida” y la excesiva publicidad de productos altamente calóricos y su influencia en los niños.