La comprensión y la empatía hacen del mundo un lugar mejor [18-06-2020]
Hay ocasiones en que el mundo puede parecer un hormiguero, donde cada uno cumple con su función, cada miembro lleva a cabo su trabajo sin otras motivaciones. Donde cada hormiga no se preocupa nada más que de su labor sin otra aspiración, sin comprensión, sin amistad, sin empatía.
Pero no es así, porque sin atención, cuidado, amistad, altruismo, empatía o comprensión, la humanidad como tal no existiría. Y entre todos estos procesos uno de los más decisivos para nuestra supervivencia emocional es la comprensión, el saber comprender, que no es lo mismo que entender. Porque si nos quedamos solo en entender, nos dedicamos a descifrar lo que otros nos dicen, tomamos conciencia del mensaje y su significado, punto. Pero la comprensión es algo más profundo, no solo se trata de descifrar lo que nos dicen, es conectar con la realidad particular a través de la empatía, es ir más allá de las palabras para intuir las necesidades de quien tenemos a nuestro lado para sentirlas como propias.
Solo cuando hacemos el esfuerzo por conectar con el otro para saber sus necesidades, sus emociones, su realidad, nos facilitamos el auténtico respeto, la verdadera consideración y el sincero aprecio, libre de juicios pero lleno de voluntades.
Si nos paramos a pensar un momento, hay pocas cosas que desesperen tanto como el no ser comprendidos, os acordáis de la infancia o aún peor, de la adolescencia, donde esa desoladora sensación de incomprensión reinaba en nuestras relaciones con padres, profesores o compañeros cuando no entendían lo que sentíamos, lo que nos ocurría o lo que pasaba por nuestras alocadas cabezas. Recordáis como nos invadía esa sensación mezcla de rabia y tristeza, pues eso también se puede dar en nuestra edad adulta e incrementarse, incluso en la vejez.
Sentirse incomprendido es uno de los malestares más profundos y dolorosos, quizá merecería la pena esforzarnos en facilitar la comprensión a los demás. Comprender implica también la valentía de descubrir, aceptar y conectar con quien, incluso, no piensa ni actúa como nosotros, con quien no armoniza con nuestras ideas, valores o pensamientos.
De todas formas no basta solo con tomar conciencia de lo que pueda estar pasando o de las emociones del otro, se trataría de ir más allá, la comprensión auténtica no es posible sin voluntad e interés, porque de nada sirve hablar con el otro teniendo la cabeza en otra parte. Además de voluntad requiere escuchar receptivamente, sin prejuzgar, sin etiquetar, libres de pensamientos previos.
En realidad la capacidad de ser consciente de las emociones, experiencias y perspectivas de otras personas es una de las habilidades más necesarias para los seres humanos. Necesitamos esa capacidad para comprender y ser comprendidos, para formar relaciones armoniosas y reducir las tensiones, el estrés y la ansiedad.
Puede que sea más fácil decirlo que hacerlo, pero ser comprensivo y empático es una de las mejores maneras de hacer del mundo que nos rodea un lugar mejor. Simplemente es escuchar, conectar y comunicar el sanador mensaje de que no estamos solos, de que nos hacemos cargo del sentimiento ajeno. Es una de las cosas más importantes que podemos hacer en este mundo, hacer que las personas sepan que no están solas.
Buen día a tod@s!!!
Os quiero Bandid@s!!!
“Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento, un cumplido honesto, o el más pequeño acto de cariño, todos los cuales tienen el potencial de cambiar una vida.” Leo Buscaglia
Os dejo con una de las mejores versiones del clásico popular del blues sureño “Midnight Special”…jazz…blues…las dos cosas…ya suena Jimmy Smith, el introductor del uso del órgano en el mundo del jazz en los 50…que bonita manera de empezar la mañana…merece la pena dedicarle los diez minutos…es una caricia “blusera” para el alma….